Soy escuchadora de vidas ajenas y sostenedora de angustias. Montadora de puzzles mentales o, como una vez me llamaron, reponedora de tornillos. Niña soñadora. Llueve. Soy madre quitamiedos. Y madre asustada. Depósito de dudas y de certezas. Está lloviendo. Soy buscadora de paz. Conocedora de la fugacidad de la vida. Y de esa fina línea que hay entre estar vivo y no querer estarlo. Hay resplandores fugaces, y estruendos largos e imponentes. Aprendiz de experiencia y experiencias. También alguien que está aprendiendo a NO HACER. Portadora de silencio exterior y ruido interior. Y la lluvia, siempre la lluvia. Me gusta pensar en destinos exóticos, me gustan las novelas ambientadas en esos lugares a los que no iré. Como no voy, pienso en los mosquitos. No conforme. Ahora llueve sobre mojado. Estoy intentando no ser esclava de mi pensamiento. Dejando de tener prisa, para llegar a tiempo. Maldita y bienvenida lluvia. Cuando llegó el amor, fue diferente a lo que pensaba. Desde una historia y una vida conjunta sin filtros. Creciendo juntos. Cada persona, una historia. Haciendo la propia. Me resulta fascinante descubrir el mundo a través de los ojos de un niño. Por fin sale el sol. Odio la multitarea. Me gusta el cine. Sólo eso. Pantalla grande y oscuridad. Estar ahí. Tras la tempestad, calma. Y vuelta a empezar. Recuerdo el arroz con leche de mi abuela Nina, lleno de amor. Cuando le llegó el momento de morir, esperó a que yo le diera permiso. Pero no se lo di. Aun así, murió. Y me dejó huérfana de abuela. No existe palabra para eso, o quizás sí y yo no la conozco. No podía entender tanto dolor. Qué joven era. Quiero respirar árboles. ¿Acaso sé yo quién soy ahora?.
Interesado por: Cuento corto / relato breve, Novela corta / nouvelle, Novela en un sentido amplio, Poesía
Autores o libros favoritos: Ray Loriga, Hakuri Mirakami, Elsa López