Las calles olvidadas.
Madrid, mi eterna compañera, mi eterno destino. Madrid, la ciudad que nunca duerme. Sus calles siempre abarrotadas, los comercios llenos, los restaurantes completos, sus parques repletos de gente paseando o jugando con sus hijos y mascotas. Madrid, la ciudad que no duerme. Joven y a la vez anciana. Madrid con sus recovecos, una ciudad para...