III Concurso de Historias de la calle Talleres de escritura creativa Fuentetaja y Fundación Escritura(s)
III Concurso de Historias de la calle
Acceso directo a las bases de Historias de la calle
Contemplaba la calle borrosa, y cronometraba reloj en mano, hacía ya diez minutos, los autos, los carruajes, los tranvías y las siluetas de los transeúntes por la distancia. […] Si se pudieran medir los saltos de la atención, el rendimiento de los músculos de los ojos, los movimientos pendulares del alma y todos los esfuerzos que tiene que hacer un hombre para conseguir abrir brecha a través de la afluencia de una calle, es de presumir que resultaría una dimensión frente a la cual sería ridícula la fuerza que necesita Atlante para sostener el mundo.
Robert Musil, El hombre sin atributos
30/04/2018. Publicado el fallo del Jurado
Manuel Álvarez Bravo
Introducción
Historias de la calle, como las demás propuestas del cuadríptico —junto a Historias de familia, Historias del trabajo e Historias de viaje—, es una invitación a explorar y extraer narraciones de los diversos entornos de nuestras vidas: en este caso el edificio o la calle en la que el autor vive o ha vivido. El concurso responde a nuestra convicción de que el barrio no es solo un espacio físico que funciona de escenario de lo cotidiano, un aspecto secundario de muchas de nuestras vivencias. Es, más que eso, un eje de coordenadas que nos sirve para orientarnos, para enclavar nuestra vida o los diferentes tiempos de los que está hecha nuestra vida. Las personas que nos son más queridas, pero también las caras conocidas, como presencias habituales, y los saludos, las conversaciones circunstanciales (o no) y los distintos espacios, y olores y sabores, conforman una topografía sentimental, en la que cada elemento tiene asignado un valor afectivo, cada uno como una sinécdoque formidable: la parte por el todo para recuperar en un instante un cúmulo enorme de vivencias que hacen a uno reconocerse a sí mismo. Porque la calle o el barrio afianza el sentido de pertenencia, y con este el de identidad, sobre todo en la infancia y la juventud. Las calles se pasean, pero también se habitan. Es una habitación, en sentido propio: una sala de estar común (como vio Kapuściński en África), el espacio idóneo para la convivencia. El barrio o la localidad funciona en cada individuo de marco de su vida: en realidad como un segundo círculo concéntrico, con un radio más amplio que la familia, que también lo abraza y lo protege, o en circunstancias menos favorables lo presiona con determinación para no dejarle escapar. La ciudad es como una casa grande, decía Alberti. Lo diferencia de la familia la posibilidad de elección que se abre aquí, con un peso menor de lo impuesto o lo que uno no puede cambiar: la decisión (aunque muchas veces limitada) de dónde se quiere vivir y con quién: la elección, por ejemplo, de esos primeros amigos del barrio, que son determinantes en la conformación de uno mismo.
No hay existencia sin convivencia: la mirada, pensaba Sartre, nos remite al estar-con. No nacemos hechos, sino que nos vamos haciendo nosotros mismos, cada uno con su propio criterio para dirigir su vida: libres, pero en un entorno que, en buena medida, nos viene impuesto. Así, esas circunstancias serían una limitación que, con un planteamiento más optimista, ayudarían a la conformación de la persona concretando sus posibilidades, y, con otro menos entusiasta, la dificultarían, haciendo de esa libertad una prebenda cruel. Una cuestión que en su desarrollo filosófico tiene unas tripas más intrincadas, pero que es también accesible desde la narrativa, con formulaciones más intuitivas para esos entornos que son, con sus primeros diámetros (sus circunstancias más próximas), la familia y los vecinos.
Alex Webb
Lo que nos lleva a una última motivación para este concurso: nuestra preocupación por la pérdida de la calle en los últimos años. Los padres de los niños y adolescentes actuales crecieron en la calle, la mayor parte de su tiempo libre lo pasaron en la calle, relacionándose dentro de un grupo amplio y flexible. Sus hijos, en cambio, esto no lo han conocido. No porque hayan decidido sustituirlo por los nuevos modos de comunicación que permiten los aparatos electrónicos, sino por el miedo de sus padres a que les pase algo si los sueltan en la calle y les conceden la libertad de aprender allí lo que la calle tenga que enseñarles. Un pequeño inciso: A pesar de la queja generalizada de los adultos por la infiltración de los móviles en la vida de los jóvenes, entendemos que la tecnología aquí ha sido el remedio, no el problema: ha ejercido de paliativo, como una versión encapsulada de relacionarse, ante el efecto demoledor de ese miedo que ha encerrado en sus casas a las últimas generaciones de niños (víctimas, no culpables). Parece que queda lejos ya esa descripción de la calle de De Lillo en Submundo:
Cómo se adaptan los críos, aprovechando los muros de ladrillo y las farolas y las bocas de incendio. Observó a una chica que ataba un extremo de su comba a los barrotes de una ventana e instruía a su hermano pequeño para que agitara el otro extremo. A continuación, se situó junto al centro de la cuerda y empezó a saltar. Ni historia ni futuro. Contempló a un chiquillo que jugaba a pelota mano contra sí mismo, ejecutando mates contra un muro. La ligereza de la bola de caucho, la clásica pelota rosa, rebotando en la fachada de ladrillo. Y la intensidad de aquel momento en el área de juegos. Incapaz de imaginar que alguna vez sobrepasarás la marca de lápiz que tu madre ha pintado en la cocina para señalar su estatura. […] Los niños saltan sobre las espaldas de sus compañeros. Por lo general, el más gordo es el encargado de hacer de apoyo, reclinado contra un muro o una farola mientras los demás chicos del equipo se agachan uno tras otro y sus rivales corren y van saltando uno por uno, desplomándose sobre ellos con gritos de excitación. Con los niños agachados tambaleándose bajo el peso, el líder del equipo montado levanta un brazo y hace la pregunta: ¿Churro, media manga o mangotero?
Dosier sobre narrativa y calle
Características
Los concursos del Club de escritura buscan ser ejercicios motivadores, un modo sugerente de trabajar propuestas para la práctica de la escritura. La plataforma del Club ha sido diseñada para facilitar la participación, la interactividad y la transparencia. Sus concursos son abiertos: desde el mismo momento en que se presenta una obra, esta se abre a la lectura, al comentario y a la recomendación por parte de cualquier visitante del club. Más adelante, la obra se somete también a la votación, en el entorno de un sofisticado sistema de programación y bajo el control de reglas destinadas a evitar abusos.
Se valorará que el autor incluya el nombre y una imagen de la calle que haya servido de inspiración al texto. Para ello se puede usar el programa Street view, incorporado al editor de textos (puedes ver un breve tutorial aquí).
Las obras presentadas no pueden contener más de veinte fotografías, más de 1000 palabras y vídeos (alojados en plataformas externas del tipo Youtube o Vimeo) de más de cinco minutos de duración. Pueden combinarse los tres registros hasta superarse en cada caso sus máximos.
Fechas: La convocatoria comienza el 7 de diciembre de 2017 y el plazo de admisión de originales abarca hasta el 12 de marzo de 2017. Votaciones del 13 de marzo al 12 de abril de 2018. Fallo del Jurado: 30 de abril de 2018.
Para poder acceder a los premios será necesario haber puntuado un mínimo de 10 obras en el periodo de votaciones. El club es un espacio para ser leído y comentado, pero también para leer y comentar las obras de otros.
El nuevo editor de textos quiere servir de incitación al usuario para experimentar nuevas fórmulas narrativas. Lo que hemos hecho, por ejemplo, en “Escritura(s)”. Por texto entendemos también narrativas hechas a partir de fotografías, vídeos y música (registros que conviven a la misma altura).
La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso. El participante debe leer detenidamente las bases completas. Puede consultar sus dudas también en Preguntas frecuentes.
Bases y condiciones generales
La participación en este concurso, así como el registro en el Club de escritura, es gratuita. El concurso se dirige a las personas mayores de edad registradas en el Club de escritura. Se puede participar desde cualquier lugar del mundo. No optarán a los premios los trabajos presentados por los empleados de Paradójica SL -empresa gestora de Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja- o representantes de Fundación Escritura(s), ni sus familiares directos. En esta plataforma es necesario usar la identidad real, única forma de garantizar una única aportación por persona en cada actividad. Para optar a los premios se debe facilitar la dirección y teléfono que, en caso de duda, permitan verificar la identidad del concursante y/o votante y descartar la creación, por un mismo usuario, de varios registros bajo identidades diferentes.
Los participantes deberán registrarse en el Club de escritura y enviar dentro de la convocatoria III Concurso de Historias de la calle obras en los formatos admitidos. Este registro es totalmente gratuito y no supone ninguna obligación de compra.
Cada participante podrá presentar un máximo de una obra que deberá ser original e inédita. No se puede participar con un relato de una convocatoria anterior.
El participante no podrá retirar su relato una vez cerrada la convocatoria.
Los autores cuyos relatos sean seleccionados para su publicación en un libro colectivo renuncian a recibir una cuantía económica por los derechos de autor que pueda generar el libro.
Sistema de votaciones
Desde la apertura del plazo de votación a su finalización (de 13/03/2018 al 12/04/2018) se contabilizará el número de estrellas concedidas a cada relato.
En el periodo de votación popular cada votante debe puntuar un mínimo de 10 obras (y, en la medida de lo posible, comentarlas). No se contabilizarán votaciones inferiores a 10. El sistema garantiza la no contabilidad de los votos hasta completar el número obligatorio de votaciones.
Para optar a los premios es necesario que el participante haya votado ese mínimo de 10 obras. Los comentarios deben ser estrictamente literarios. Para ello puedes ver el tutorial con las pautas para comentar una obra literaria.
Podéis verlo completo aquí, con un índice para visionar el tema concreto que te interese.
Resultarán 100 obras pre-seleccionadas en atención a su puntuación y un jurado compuesto por profesores del Taller de escritura Fuentetaja será el encargado de distribuir los premios en atención a la calidad de los trabajos elegidos. El jurado se reserva la potestad de incluir entre los premiados o menciones obras no pre-seleccionadas entre los 100 primeros en atención a su calidad.
Pacto ético
El usuario se compromete a aceptar en todo momento el pacto ético del Club. Sus consideraciones resumen su espíritu y las normas básicas de conducta en su seno. La no observancia de este pacto podría suponer la exclusión del proceso de concurso.
Pacto ético para participantes, votantes y comentaristas
Escribir la ciudad
Puedes acceder al taller completo en vídeo, de más de 11 horas de duración, en este enlace. La videoteca de la Fundación Escritura(s) es un espacio didáctico con decenas de talleres y seminarios en vídeo impartidos por escritores y profesores del máximo prestigio.
RECOMPENSAS Y PREMIOS
Un primer premio a una obra elegida por el jurado:
- 300 euros en metálico.
- publicación de la obra en un libro electrónico colectivo que reunirá una selección de relatos de distintos concursos del presente curso.
Un premio especial al ganador de la votación popular:
- lote de libros fundamentales para afianzar la práctica de la escritura: El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas.
- preselección para la publicación de la obra en un libro electrónico colectivo que reunirá una selección de relatos de distintos concursos taller del presente curso.
A los 25 finalistas elegidos por el jurado.
- preselección para la publicación de la obra en un libro electrónico colectivo que reunirá una selección de relatos de distintos concursos taller del presente curso.
Premio al lector más destacado, por la calidad de sus comentarios a las obras a concurso.
- lote de libros fundamentales para afianzar la práctica de la escritura: El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas.
Para la promoción y difusión de las obras a concurso se realizará una inversión de 500 euros.
GANADORES:
PRIMER PREMIO
dotado con 300 euros en metálico
Norberto Álvarez, por “Fumo y recuerdo”
Los verbos en pasado marcan la distancia entre el momento de los hechos y el momento de la escritura, que le sirve al narrador para ganar perspectiva, para detenerse en el extrañamiento que le produce recordar los hechos cuando escribe, con los huecos en los que en un principio parece que no había pensado (la información que le falta y que, por tanto, omite) y que pueden llevar al lector a pensar en las atrocidades de la dictadura uruguaya, que asoman tangencialmente. La historia es valiosa, interesante, redonda, contada con audacia por un narrador testigo que se esfuerza por ser eficaz y honesto, con una recreación además de las condiciones sociales de los personajes que la vuelven más verosímil.
PREMIO AL MEJOR LECTOR
dotado con el lote de libros fundamentales para afianzar la práctica de la escritura: El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas.
Miguel Ángel MP
Podría extenderse un poco más en los rasgos formales de las obras comentadas, pero es indudable que hace un esfuerzo por comprender los textos y desentrañarlos, con una reflexión que los complementa bien, desde una clara voluntad de diálogo. Sus críticas han tenido que resultarles valiosas a los autores que ha comentado.
PREMIO AL RELATO MÁS VOTADO POR LOS USUARIOS
dotado con el lote de libros fundamentales para afianzar la práctica de la escritura: El arte de la ficción, de John Gardner, La práctica del relato, de Ángel Zapata, y Escribir y reescribir, de Gloria Fernández Rozas.
“El tigre de Arganzuela“, de Pablo Bigeriego González-Camino
Ha obtenido 583 estrellas, 1522 lecturas y 302 comentarios (a 3o de abril).
FINALISTAS
Destacamos primero a 5 de ellos:
Alberto Cubero González, por “El boquerón”
Bien escrito, con una cadencia en el ritmo atractiva y un tono íntimo y apelativo que funcionan muy bien, el relato es la confesión de un miedo infantil desde la distancia que marca un narrador ya adulto. Los boqueros (las ventanas por donde se echaba la paja en el pajar) le sirven como elemento vertebrador para reconstruir sus recuerdos de las calles de su localidad cuando era niño y los sentía como amenazas, reforzados además por las fotografías en blanco y negro con que ilustra el texto.
Diego Durán, por “Como un perro”
El comienzo es muy potente, con la atmósfera del tanatorio y las circunstancias por las que está ahí el narrador protagonista, que se van aclarando a lo largo del relato con un suspense bien medido que va dosificando la información hasta el final, en el que se descubre a sí mismo como responsable indirecto). Tiene el cuento otros puntos fuertes importantes: la caracterización de los personajes a través de los diálogos, las descripciones, sobre todo con la Marga, y la historia, que recrea bien el mundo de las drogas. Las imágenes elegidas para ilustrar el texto, en cambio, no tienen ninguna ambición artística y perjudican el sentido global del relato.
Fernanda del Monte Martínez, por “Peces de colores”
Un buen relato de género fantástico. El comienzo funciona muy bien, con adjetivos sorprendentes, bien pensados, para la descripción de una protagonista enigmática hasta el final, en un primer párrafo que sirve también para presentarse el narrador como taxista mexicano. El texto son sus respuestas (con un tono sencillo, bien caracterizado) para intentar explicar un fenómeno inexplicable: las olas con peces de colores que recorrieron la ciudad de México y cómo, tras ellas, marcharon los jóvenes, como una nueva versión del cuento del flautista de Hamelin.
Miguel Ángel Malo, por “El portador del fuego en el fin del mundo”
Bien armado, bien escrito, el texto -una recreación nítida de la infancia en los 70 y los 80 en España- funciona como relato iniciático (de iniciación a la vida adulta), como relato de formación, de experimentación al tiempo que de pérdida de la inocencia infantil (de la mano de Javi, un personaje verosímil). La alegoría que se permite el relato con el fuego como instrumento para las trastadas le da a la historia un segundo nivel de comprensión más ambicioso.
Yolanda Prieto Pardo, por “El extranjero del bar de Cuenca”
La historia es mínima: el relato se apoya en el narrador que, con un discurso que le resulta al lector atractivo, divertido, entrañable incluso, intenta exculparse de la intoxicación que ha llevado a un extranjero al hospital después de haber comido en su bar. La narración es ágil, desenfadada, coloquial. El texto se recrea en el contraste enorme entre las coordenadas de Tomas Müller y las de la Cuenca de hace años (o una de las partes o estratos de esa Cuenca), bien caracterizada por ese bar tradicional y la ración de oreja que parece ser el desencadenante de todo.
Otros finalistas
Alfredo Darío Ruiz Martínez, por “Gregoria la negra”
Antonio Francisco Pineda Méndez, por “Alfonsito”
Antonio Naranjo Morales, por “Cuando no fuimos a España”
Antonio Pérez Ruiz, por “El abuelo y la nieta”
Emerencia Alabarce Pertíñez, por “Ignorada”
Jesús Augusto Silva Hernández, por “Hola, Andrés”
Jesús Félix Gómez, por “El burro del aguador”
Jorge Herrera Velasco, por “El vagabundo infantil”
Luis Rivero, por “Luz verde”
Patricia García Rodríguez, por “Conectando con Street78”
Rafael Boscán, por “País saudade”
Rubén Mera, por “Pelota de trapo”
Sixto GS, por “Rosalía y Matilde”
Txelli Dixit, por “Rua da Martim Vaz”