Relatividad
Detrás de mi escritorio el minutero se arrastra penosamente mañana adentro. – Que pase el siguiente. Después de veintisiete años, mi voz ha terminado mimetizándose con la monotonía yerma de los archivadores que me rodean en la naturaleza muerta que me incluye. El hombre del bigote angosto me saluda y me entrega sus formularios sonriendo...