III Concurso de Historias del trabajo Talleres de escritura creativa Fuentetaja y Fundación Escritura(s)
III Concurso de Historias del trabajo
III Concurso de Historias del trabajo (acceso directo a las bases)
No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo.
Joseph Conrad
31 de julio de 2018. Publicación del Acta del Jurado
Mario Cresci, Ritratti mossi
Historias del trabajo, también en esta tercera convocatoria, quiere animar a los participantes a explorar sus entornos más cercanos. De inspiración realista, busca la intensidad y autenticidad que surgen de las experiencias directas y vivenciales. Con esta nueva propuesta os invitamos a contar historias que han tenido como escenario un lugar de trabajo (o en esas zonas limítrofes que son el desempleo o la formación). Puede ser de carácter testimonial o ficcional. Pueden ser propias o de otros compañeros. Antiguas o actuales. O, con un carácter más evocador, sobre la misma empresa o fábrica, y su organización, o sobre un hecho relevante o revelador: Historias mínimas, pero que reverberan todavía en el recuerdo del protagonista o el testigo, a veces amables, agradecidas, pero otras el registro de los embates de una realidad que puede ser demoledora.
El trabajo o, mejor, la relación del individuo con el trabajo, se mueve en un espectro de impresiones enorme, con una escala que tiene en un extremo su comprensión como realización de la persona y en el otro como castigo divino. Para unos el trabajo es el espacio en el que buscar sus metas vitales, desde donde poder hacer balance del éxito o fracaso de sus vidas. Un dios al que sacrificarlo todo (familia, tiempo, salud, aficiones…) con tal de tenerlo satisfecho. Para otros es esencialmente el castigo que impone Yahvé a Adán tras sorprenderlo pecando en el Paraíso: «Comerás el pan con el sudor de tu rostro». Un fastidio necesario, pero que en circunstancias difíciles puede parecer, incluso en sus versiones más injustas y grotescas, un lujo, particularmente para colectivos que lo tienen todavía un poco más complicado (las mujeres, por ejemplo, la mitad de la población). Un espectro, por tanto, en el que caben todos los tonos para las historias.
Forges, El País
Algunos relatos que han participado estos dos últimos años miraron al pasado, nostálgicos por ese mayor espacio para la artesanía y el campo, u horrorizados, por las condiciones durísimas que vieron en los oficios de sus padres y abuelos o que recordaron de su juventud. Otros al presente, con escenarios cambiantes, con una distancia mayor con el producto creado y menos apego por el patrón, y con relaciones más efímeras por una vida social más tangencial al puesto de trabajo, pero también con el entusiasmo o incluso el vértigo por las nuevas posibilidades que se van abriendo. Funcionaban muchos como denuncia, antídoto o aval de las predicciones que se repiten con cada cambio de ciclo, ahora con el que se espera de la sustitución de los trabajadores por robots. En un extremo: historias como las de los obreros excluidos de Ken Loach. En el otro: historias como la del carpintero Geppetto, que hace con sus propias manos a su hijo de madera. O su reverso: el Golem. O cualquiera de sus réplicas cibernéticas: lo que permite también aquí escribir sobre las relaciones laborales que intuimos para un futuro ya inmediato.
Puedes ver el taller completo en la videoteca de la Fundación Escritura(s)
INTRODUCCIÓN: SOBRE TRABAJO Y LITERATURA
[accede aquí para leer el dosier]
CARACTERÍSTICAS
Los concursos del Club de escritura buscan ser ejercicios motivadores, un modo sugerente de trabajar propuestas para la práctica de la escritura. La plataforma del Club ha sido diseñada para facilitar la participación, la interactividad y la transparencia. Sus concursos son abiertos: desde el mismo momento en que se presenta una obra, esta se abre a la lectura, al comentario y a la recomendación por parte de cualquier visitante del club. Más adelante, la obra se somete también a la votación, en el entorno de un sofisticado sistema de programación y bajo el control de reglas destinadas a evitar abusos.
Las obras presentadas no pueden contener más de veinte fotografías, más de 1000 palabras y vídeos (alojados en plataformas externas del tipo Youtube o Vimeo) de más de cinco minutos de duración. Pueden combinarse los tres registros hasta superarse en cada caso sus máximos.
Fechas: La convocatoria comienza el 12 de marzo y el plazo de admisión de originales abarca hasta el 11 de junio. Votaciones del 12 de junio al 11 de julio. Fallo del Jurado: 31 de julio de 2018.
Para poder acceder a los premios será necesario haber puntuado un mínimo de 10 obras en el periodo de votaciones. El club es un espacio para ser leído y comentado, pero también para leer y comentar las obras de otros.
El nuevo editor de textos quiere servir de incitación al usuario para experimentar nuevas fórmulas narrativas. Lo que hemos hecho, por ejemplo, en “Escritura(s)”. Por texto entendemos también narrativas hechas a partir de fotografías, vídeos y música (registros que conviven a la misma altura).
La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso. El participante debe leer detenidamente las bases completas. Puede consultar sus dudas también en Preguntas frecuentes.
BASES Y CONDICIONES GENERALES
La participación en este concurso, así como el registro en el Club de escritura, es gratuita. El concurso se dirige a las personas mayores de 16 años registradas en el Club de escritura. Se puede participar desde cualquier lugar del mundo. No optarán a los premios los trabajos presentados por los empleados de Paradójica SL -empresa gestora de Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja- o representantes de Fundación Escritura(s), ni sus familiares directos. En esta plataforma es necesario usar la identidad real, única forma de garantizar una única aportación por persona en cada actividad. Para optar a los premios se debe facilitar la dirección y teléfono que, en caso de duda, permitan verificar la identidad del concursante y/o votante y descartar la creación, por un mismo usuario, de varios registros bajo identidades diferentes.
Los participantes deberán registrarse en el Club de escritura y enviar dentro de la tercera convocatoria del Concurso de Historias del trabajo obras en los formatos admitidos. Este registro es totalmente gratuito y no supone ninguna obligación de compra.
Cada participante podrá presentar un máximo de una obra que deberá ser original e inédita. No se puede participar con un relato de una convocatoria anterior.
El participante no podrá retirar su relato una vez cerrada la convocatoria.
Los autores cuyos relatos sean seleccionados para su publicación en un libro colectivo renuncian a recibir una cuantía económica por los derechos de autor que pueda generar el libro.
SISTEMA DE VOTACIONES
Desde la apertura del plazo de votación a su finalización (de 12/06/2018 al 11/07/2018) se contabilizará el número de estrellas concedidas a cada relato.
En el periodo de votación popular cada votante debe puntuar un mínimo de 10 obras (y, en la medida de lo posible, comentarlas). No se contabilizarán votaciones inferiores a 10. El sistema garantiza la no contabilidad de los votos hasta completar el número obligatorio de votaciones.
Para optar a los premios es necesario que el participante haya votado ese mínimo de 10 obras. Los comentarios deben ser estrictamente literarios. Para ello puedes ver el tutorial con las pautas para comentar una obra literaria.
Podéis verlo completo aquí, con un índice para visionar el tema concreto que te interese.
Resultarán 100 obras pre-seleccionadas en atención a su puntuación y un jurado compuesto por profesores de la Fundación Escritura(s) y de Fuentetaja será el encargado de distribuir los premios en atención a la calidad de los trabajos elegidos. El jurado se reserva la potestad de incluir entre los premiados o menciones obras no pre-seleccionadas entre los 100 primeros en atención a su calidad.
PACTO ÉTICO
El usuario se compromete a aceptar en todo momento el pacto ético del Club. Sus consideraciones resumen su espíritu y las normas básicas de conducta en su seno. La no observancia de este pacto podría suponer la exclusión del proceso de concurso.
RECOMPENSAS Y PREMIOS
Un primer premio a una obra elegida por el jurado
- 300 euros en metálico
- publicación de la obra en el libro electrónico colectivo Historias del trabajo III
Un premio especial al ganador de la votación popular
- «Teoría y práctica del relato», videotaller de Juan Villoro
- publicación de la obra en el libro electrónico colectivo Historias del trabajo III
A los 25 finalistas elegidos por el jurado
- preselección para la publicación de la obra en un libro electrónico colectivo que reunirá una selección de relatos de distintos concursos taller del presente curso
Premio al lector más destacado, por la calidad de sus comentarios a las obras a concurso
Para la promoción y difusión de las obras a concurso se realizará una inversión de 500 euros
GANADORES:
PRIMER PREMIO
dotado con 300 euros en metálico
Marisol Moreno Beteta, por “Hormigas aladas”
Un texto excepcional que va encadenando las metáforas como asociaciones de ideas en un ejercicio de introspección bien trabajado, muy sugerente. A pesar de su aspecto intimista, de querer mostrarse como si hubiese sido escrito para uno mismo, las frases cortas, con muchos puntos y seguidos, facilitan que el lector acompañe a la narradora (y empatice con ella) en su razonamiento, que es optimista y emancipador, que arranca de su decisión de dejar su empleo en el sector de los cosméticos y encaja con precisión, en el segundo párrafo, con la metáfora central de las hormigas aladas, aquellas hormigas que desarrollan unas alas para poder decidir otro futuro. El relato (que termina con una última derivación metaliteraria) es muy consistente, queda bien armado a partir de la voz de su protagonista y narradora, cálida y convincente. No cae en ningún momento en lo pretencioso.
PREMIO AL MEJOR LECTOR
dotado con “La tristeza de los detalles”, videotaller de Sara Mesa
Roberta Parisio
Roberta señala los aciertos de los textos, se esfuerza por comprender lo que quiere trasmitir el autor, y se extiende en sus comentarios, bien meditados, con sugerencias valiosas. Ha sido exhaustiva, rigurosa, con un buen armazón crítico, pero también generosa.
PREMIO AL RELATO MÁS VOTADO POR LOS USUARIOS
dotado con “Teoría y práctica del relato”, videotaller de Juan Villoro
José Luis Chaparro, con “Animales“
Ha obtenido 335 estrellas, 519 lecturas y 109 comentarios
EL JURADO QUIERE DESTACAR TAMBIÉN LAS SIGUIENTES OBRAS
Antonio F. Ruiz, por “Arco y flechas”
El relato está construido por completo sobre un diálogo bien trabajado, muy vivo, y socarrón, que denota buen oído en su autor; un registro verosímil y certero de voces atractivas que responden a dos personajes (además del omnipresente Tomás, que no interviene) que quedan bien dibujados a partir del conflicto (laboral) que ponen sobre la mesa. Una revisión del tópico del estafador estafado. Un buen relato, muy bien escrito.
Enrique Carro, por “El origen de la maldad”
La presentación al comienzo del texto de las circunstancias que dieron forma en el pasado al bar Paraíso, de ambiente hostil y miserable, le sirve al narrador, uno de los trabajadores, para enmarcar el relato del incendio que acabó con el local. No es una obra demasiado ambiciosa en su planteamiento, pero está muy bien escrita y tiene elementos interesantes, como su humor sutil o cómo resuelve el final.
Fátima Romero Álvarez, por “Tarde de guardia”
Es un relato desgarrador, muy duro, que la narradora acerca al máximo al lector al situarse como una testigo excepcional de los hechos, como agente que debe atender a las víctimas. Con un estilo seco, casi cortante, que imita el lenguaje de un informe pericial, pero que contiene también un ejercicio de introspección y autocrítica sugerente, lo mejor del texto es cómo va filtrando la información, cómo va ordenando los elementos de la escena según se los va encontrando hasta dar forma al accidente y entender sus consecuencias, sobre todo para la abuela (un personaje muy interesante, perfilado con destreza), que se siente responsable de la muerte de su nieto y que, en un último giro quizá excesivo para la ya cargada atmósfera del relato, acaba suicidándose.
Isabel Santonja García-Ramos, por “Miércoles”
Un buen ejemplo del síndrome del trabajador quemado: un médico ante una paciente que no tiene ninguna dolencia reflexiona, en un ejercicio de introspección de segundos, sobre la distancia entre sus expectativas y la realidad, entre el coste de llegar a ser médico y su insatisfacción por el día a día. Le falla quizá lo excesivamente explicativa que resulta su argumentación, no haber experimentado un poco más con el fluir de la conciencia de la protagonista y narradora, pero es un relato bien construido, muy sugerente sobre todo al comienzo.
José Luis Chaparro, por “Animales”
Un monólogo interior sobresaliente en el que el narrador y protagonista (que parece limitado intelectualmente pero que resulta simpático y honesto) va encadenando ideas: reflexiones banales y opiniones, saltando de unas a otras sin buscar un discurso ordenado o sólido o profundo, sino un registro del flujo de su conciencia, que deja muy bien escrito y bien puntuado, lo que facilita mucho su lectura, que aquí se parece mucho a rehacer el recorrido del pensamiento del narrador, perfectamente marcado.
Leonardo Martínez Expósito, por “Irene”
Un buen ejemplo de fluir de la conciencia en una noche de insomnio en la que la narradora le da un repaso a su vida, a su día a día, que carga de reproches, a su marido sobre todo, pero también a su madre (muerta), a su jefe o a sus hijos. Bien escrito, el relato trasmite bien el peso de la amargura por una vida que, sin ser trágica, tampoco le da a la protagonista demasiadas satisfacciones.
Marina Saiz Agúndez, por “La contemplativa”
La autora muestra un gran dominio del lenguaje, sobre todo al comienzo, al reformular con destreza un lugar común jugando con la metáfora con el que está construido, y que avisa ya del carácter alegórico del texto que más dosificado habría servido para construir un relato audaz, con un enfoque atrevido y muy sugerente, pero que aquí parece excesivo, dificulta tanto su lectura que al lector se le escapan las claves para entenderlo.
Miguel Ángel Malo, por “Díselo, díselo”
El relato, con el narrador en primera persona apelando continuamente a su interlocutor, es un diálogo eficaz, bien logrado, hecho con el monólogo del narrador (lo que aparece en el texto) y los silencios de la prostituta, que no habla, pero que el lector siente cerca por el tono con que le habla. Con el narrador el autor perfila bien al proxeneta tirano que se disfraza de protector, con un buen registro del lenguaje, expresiones y elementos de la prostitución que conforman el tema de la obra, en la que la prostituta a la que se dirige debe hacer de mediadora con otra prostituta, nueva, a la que debe iniciar en el negocio.
Nataliya Kolesova, por “Paki”
El planteamiento del relato es interesante, con un protagonista que le sirve al narrador de catalizador de una sociedad que lo tiene escorado y, por eso mismo, en una buena posición para observar a los demás. Con Maderik, un paquistaní que vive de vender rosas por la calle, el narrador, omnisciente y con el tono de un pedagogo social, le explica al lector cada tipo de esa maraña con la que desenvuelve a diario el indigente, todos como actores de una opereta que desmenuza bien, con descripciones atractivas, incisivas, pero en una estructura -un listado de los distintos personajes- no demasiado audaz.
Soledad García Garrido, por “Descanse en paz”
Es un relato sorprendente, con un humor (¿negro?) muy tamizado. Una viuda recuerda a su marido, enterrador, y hace un repaso somero por su vida, cómo se conocieron, en el funeral de su padre, cómo se casaron, de luto, y, con especial énfasis, cómo descubrió en la cama su afición a la necrofilia, de la que participó solidariamente, y, al final, su propio entierro, en el que otro enterrador torpe no supo cuidar las formas, y cómo lo echa ahora ella de menos.
OTRAS OBRAS FINALISTAS DEL CONCURSO
Amanda Smidth, por “La croupier”
Diana Galvis, por “El recolector de café”
Dominique Heathcote, por “Nieve sobre París”
Edwin Contreras, por “Ironía, el payaso suicida”
Hanna Múller, por “Multitud”
Javier Rosenberg, por “El caso del escritor”
Marc Renton, por “El duermevela del guardagujas”
Mario Berardi, por “El cliente”
Mario Corces Martínez, por “Don Nadie”
Mirian H.U., por “La llamaban Play-Rec”
Santi Caeiro, por “Viajar es un placer”