Catalina, entre preguntas y talones
Catalina caminaba por Buenos Aires en un zigzag de puntas de pies dormidas, bostezando direcciones erróneas a cada paso de despertar. Uno se olvida de la responsabilidad mañanera, cuando de cotillear con amigos se trata. Y así es que ella iba a trabajar cada sábado del año. Los otros días de la semana eran menos...