Evanescencia
Era un día perfecto para el olvido. El mundo había amanecido en una mañana normal, como tantas otras. Pronto, sonaron miles de despertadores. Miles de caras soñolientas optaron por aporrearlos, aun a sabiendas de que no podían quedarse ni un minuto más en la cama. Miles de personas salieron a la calle sin haber tomado...