Cuando las letras lloraron
Hoy vengo a contaros una de las historias más tristes que jamás habríais imaginado. Y no, no está en mi contenido; nadie quiere saber absolutamente nada del mismo. Por ello, no es necesario que os molestéis en abrirme, ¡nadie quiere hacerlo! Todo comenzó con la dulce brisa que acariciaba sus mejillas; como cada mañana, ésta...