Las cartas de Ismael
LA FAROLA DE TRES BRAZOS Un galgo desamparado se rascaba su sarna eterna al resguardado de la penumbra de los soportales. Solo la farola de tres brazos y el cielo frio de un incipiente amanecer empezaban a aclarar las sombras de la plaza. Las ventanas de la planta baja del cuartelillo de repente se iluminaron,...