II Concurso de Historias del trabajo Fundación Escritura(s)

Convocatoria cerrada

II Concurso de Historias del trabajo

Del 12/03/2017 al 12/06/2017

1000 palabras máximo

1500 euros en premios y publicación de un libro

- comentarios

427 participaciones

II Concurso de Historias del trabajo (acceso directo a las bases)

No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo.

Joseph Conrad

31/07/2017. PUBLICADO EL FALLO DEL JURADO

Castañera en los primeros días de otoño de 1961

 

Historias del trabajo, también en esta segunda convocatoria, quiere animar a los participantes a explorar sus entornos más cercanos. De inspiración realista, busca la intensidad y autenticidad que surgen de las experiencias directas y vivenciales. Con esta nueva propuesta os invitamos a contar historias que han tenido como escenario un lugar de trabajo (o en esas zonas limítrofes que son el desempleo o la formación). Puede ser de carácter testimonial o ficcional. Pueden ser propias o de otros compañeros. Antiguas o actuales. O, con un carácter más evocador, sobre la misma empresa o fábrica, y su organización, o sobre un hecho relevante o revelador: Historias mínimas, pero que reverberan todavía en el recuerdo del protagonista o el testigo, a veces amables, agradecidas, pero otras el registro de los embates de una realidad que puede ser demoledora.

Algunos relatos que participaron el año pasado en la primera edición miraron al pasado, nostálgicos por ese mayor espacio para la artesanía y el campo, u horrorizados, por las condiciones durísimas que vieron en los oficios de sus padres y abuelos o que recordaron de su juventud. Otros al presente, con escenarios cambiantes, con una distancia mayor con el producto creado y menos apego por el patrón, y con relaciones más efímeras por una vida social más tangencial al puesto de trabajo, pero también con el entusiasmo o incluso el vértigo por las nuevas posibilidades que se van abriendo. Funcionaban muchos como denuncia, antídoto o aval de las predicciones que se repiten con cada cambio de ciclo, ahora con el que se espera de la sustitución de los trabajadores por robots. En un extremo: historias como las de los obreros excluidos de Ken Loach. En el otro: historias como la del carpintero Geppetto, que hace con sus propias manos a su hijo de madera. O su reverso: el Golem. O cualquiera de sus réplicas cibernéticas: lo que permite también aquí escribir sobre las relaciones laborales que intuimos para un futuro ya inmediato.

INTRODUCCIÓN: SOBRE TRABAJO Y LITERATURA

[accede aquí para leer el dosier]

CARACTERÍSTICAS

Los concursos del Club de escritura buscan ser ejercicios motivadores, un modo sugerente de trabajar propuestas para la práctica de la escritura. La plataforma del Club ha sido diseñada para facilitar la participación, la interactividad y la transparencia. Sus concursos son abiertos: desde el mismo momento en que se presenta una obra, esta se abre a la lectura, al comentario y a la recomendación por parte de cualquier visitante del club. Más adelante, la obra se somete también a la votación, en el entorno de un sofisticado sistema de programación y bajo el control de reglas destinadas a evitar abusos.

Las obras presentadas no pueden contener más de veinte fotografías, más de 1000 palabras y vídeos (alojados en plataformas externas del tipo Youtube o Vimeo) de más de cinco minutos de duración. Pueden combinarse los tres registros hasta superarse en cada caso sus máximos.

Fechas: La convocatoria comienza el 12 de marzo y el plazo de admisión de originales abarca hasta el 12 de junio. Votaciones del 13 de junio al 13 de julio. Fallo del Jurado: 31 de julio de 2017.

Para poder acceder a los premios será necesario haber puntuado un mínimo de 10 obras en el periodo de votaciones. El club es un espacio para ser leído y comentado, pero también para leer y comentar las obras de otros.

El nuevo editor de textos quiere servir de incitación al usuario para experimentar nuevas fórmulas narrativas. Lo que hemos hecho, por ejemplo, en “Escritura(s)”. Por texto entendemos también narrativas hechas a partir de fotografías, vídeos y música (registros que conviven a la misma altura).

La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso. El participante debe leer detenidamente las bases completas. Puede consultar sus dudas también en Preguntas frecuentes.

BASES Y CONDICIONES GENERALES

La participación en este concurso, así como el registro en el Club de escritura, es gratuita. El concurso se dirige a las personas mayores de 16 años registradas en el Club de escritura. Se puede participar desde cualquier lugar del mundo. No optarán a los premios los trabajos presentados por los empleados de Paradójica SL -empresa gestora de Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja- o representantes de Fundación Escritura(s), ni sus familiares directos. En esta plataforma es necesario usar la identidad real, única forma de garantizar una única aportación por persona en cada actividad. Para optar a los premios se debe facilitar la dirección y teléfono que, en caso de duda, permitan verificar la identidad del concursante y/o votante y descartar la creación, por un mismo usuario, de varios registros bajo identidades diferentes.

Los participantes deberán registrarse en el Club de escritura y enviar dentro de la convocatoria II Concurso de Historias del trabajo obras en los formatos admitidos. Este registro es totalmente gratuito y no supone ninguna obligación de compra.

Cada participante podrá presentar un máximo de una obra que deberá ser original e inédita. No se puede participar con un relato de una convocatoria anterior.

El participante no podrá retirar su relato una vez cerrada la convocatoria.

Los autores cuyos relatos sean seleccionados para su publicación en un libro colectivo renuncian a recibir una cuantía económica por los derechos de autor que pueda generar el libro.

SISTEMA DE VOTACIONES

Desde la apertura del plazo de votación a su finalización (de 13/06/2017 al 13/07/2017) se contabilizará el número de estrellas concedidas a cada relato.

En el periodo de votación popular cada votante debe puntuar un mínimo de 10 obras (y, en la medida de lo posible, comentarlas). No se contabilizarán votaciones inferiores a 10. El sistema garantiza la no contabilidad de los votos hasta completar el número obligatorio de votaciones.

Para optar a los premios es necesario que el participante haya votado ese mínimo de 10 obras. Los comentarios deben ser estrictamente literarios. Para ello puedes ver el tutorial con las pautas para comentar una obra literaria.

Podéis verlo completo aquí, con un índice para visionar el tema concreto que te interese.

Resultarán 100 obras pre-seleccionadas en atención a su puntuación y un jurado compuesto por profesores de la Fundación Escritura(s) y de Fuentetaja será el encargado de distribuir los premios en atención a la calidad de los trabajos elegidos. El jurado se reserva la potestad de incluir entre los premiados o menciones obras no pre-seleccionadas entre los 100 primeros en atención a su calidad.

PACTO ÉTICO

El usuario se compromete a aceptar en todo momento el pacto ético del Club. Sus consideraciones resumen su espíritu y las normas básicas de conducta en su seno. La no observancia de este pacto podría suponer la exclusión del proceso de concurso.

Pacto ético para participantes, votantes y comentaristas


RECOMPENSAS Y PREMIOS

Un primer premio a una obra elegida por el jurado

  • 500 euros en metálico.
  • publicación de la obra en el libro electrónico colectivo Historias del trabajo II

Un premio especial al ganador de la votación popular

  • un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 150 euros
  • publicación de la obra en el libro electrónico colectivo Historias del trabajo II

A los 25 finalistas elegidos por el jurado

  • preselección para la publicación de la obra en un libro electrónico colectivo que reunirá una selección de relatos de distintos concursos taller del presente curso

Premio al lector más destacado, por la calidad de sus comentarios a las obras a concurso

  • un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 100 euros

Para la promoción y difusión de las obras a concurso se realizará una inversión de 500 euros


GANADORES:

Primer premio

dotado con 500 euros en metálico

Miguel Ángel Malo, con “Rojo, granate, burdeos, bermellón

Un relato vibrante, bien medido, con un tono lírico contenido y muy eficaz. El texto -que el narrador dirige a su hermano, estimulado al verlo fortuitamente, a lo lejos- es una reflexión vital de calado con varios vértices, o varias capas, que aparecen según cae la anterior: El recuerdo de su vida juntos -que trasmite un amor fraternal sin fisuras- explica la distancia entre los dos hermanos a partir de sus distintas decisiones y los caminos elegidos. El narrador acabó renunciando a la música, se sintió desencantado, perdió el entusiasmo, no quiso someterse a tanta presión sacrificándolo todo por el éxito. Igual que Florentina, la que fue ejemplo para los dos en sus comienzos, la que desapareció para aparecer mucho más tarde de nuevo en su vida, los dos alejados de la música. El hermano no: quiso llegar y llegó a ser el músico que se había propuesto.

Premio al mejor lector

dotado con un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 100 euros

Delia Covelli

Muchos de sus comentarios son un esforzado ejercicio de crítica y comprensión. Muy serios, se percibe detrás de ellos trabajo y generosidad, una voluntad de sacar de cada obra su sentido último. Establece además un diálogo con los autores con observaciones que pueden ayudarlos a pulir sus textos.

Premio al relato más votado por los usuarios

dotado con un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 150 euros

El negocio de Aurori es una mina” de Julia Lucas Sánchez

Ha obtenido 377 puntos, más de 1200 lecturas y cerca de 400 comentarios.

 

Finalistas

(por orden alfabético)

Adriana Arroyo, con “Como pan caliente

Un relato redondo, que arma el narrador con solvencia. El comienzo, con su explicación de por qué está ahí esperando en la cola, por qué ha aceptado las condiciones límite de ese trabajo, recuerdan a la novela picaresca, con esa primera persona que se justifica (que entiende que debe justificarse) ante su interlocutor. Muy bien escrito, tiene varias metáforas cargadas de sentido y diálogos muy vivos, capaces de recoger las tonalidades locales y sociales, y un tono reflexivo muy eficaz. Con el final le da la vuelta a esa resignación inicial al incitar a la rebelión a los que, como él, están esperando para recibir los pequeños objetos que luego deben vender por las calles.

Alejandro Darío Ruiz Martínez, con “La caja 13

Un texto minucioso, eficaz, con un suspense bien trabajado y un personaje, D. Juan, que la mirada del narrador testigo hace atractivo. El relato se desenvuelve en tres tiempos distintos con bastante destreza, avanzando en cada uno de ellos hacia la resolución del enigma: el primero son los seis años en los que D. Juan acude puntualmente a la oficina para abrir su caja fuerte, el segundo es la muerte de D. Juan, que resuelve por qué acudía cada día 13, y el tercero es el cierre de la sucursal y con este la necesidad de vaciar las cajas. La última frase, desconcertante, deja abierto un misterio mayor.

Álvaro Fernández, con “Que te pisen a vos

Un narrador omnisciente relata la primera experiencia laboral de un chaval que decide dejar de estudiar. El contexto histórico es importante: el mundial del 86 que gana Argentina en México. Esa euforia se traslada al flamante empleo del protagonista, que encuentra las condiciones perfectas para trabajar, hasta que un accidente lo desbarata todo. Bien escrito, la trama se apoya eficazmente en la descripción minuciosa del taller.

Daniel Hermosel, con “La banca siempre gana

La frase del título, que se repite al principio y al final del texto, estructura el relato y concentra su sentido. El narrador, muy duro, demoledor, relata primero la vida de su padre: sin ninguna empatía explica su problema de adicción al juego y su suicidio cuando él era todavía muy joven. Y, con un pequeño corte (que resuelve bastante bien), narra después su vida laboral, como ejecutivo de éxito, pero también muy contundente, muy crítico con el discurso del capitalismo. En ambos casos, con su padre y con el mercado laboral, desde la distancia, sintiéndose ajeno. El final, en cambio, es el reconocimiento de que, llegadas las circunstancias, también él ha sido vencido (al aceptar una indemnización enorme a cambio de su silencio, de perjudicar a otros muchos), que hay un paralelismo entre su conducta y la de su padre, que en ambos casos es la banca la que ha ganado.

Delia Covelli, con “Un trapito

La explicación en primera persona para justificar su vida remite a la picaresca: una asociación que queda reforzada con la cita inicial del Lazarillo de Tormes. Como en la picaresca, cuenta las condiciones lamentables del trabajo infantil, pero no hay una justificación de su conducta, que parece moralmente correcta a pesar de las circunstancias. Escrito el texto en un solo párrafo, sin puntos y aparte, busca una apariencia abigarrada, muy cercana al fluir de la conciencia, encadenando ideas deshiladas que parecen responder a las preguntas de un interlocutor.

Gloria Gloria, con “Peones de la muerte

Es un relato interesante por la frialdad que busca desprender (desde el título mismo, demasiado obvio): un narrador omnisciente aséptico y observador relata, con frases cortas, descriptivas, sin ninguna calidez, el servicio prestado por un equipo médico de urgencias a una anciana que acaba muriendo. La actitud del narrador es también la del equipo médico, que se muestra apático e insensible en su rutina. El punto más interesante es el encaje en la historia de la partida de ajedrez on line que juega la enfermera: el narrador plantea la salida de los sanitarios como la interrupción de la partida de ajedrez, ordenándolas por importancia.

Isaías M. Creig, con “El hacha

Los tres párrafos vertebran un relato hecho de saltos temporales. La estructura no es excesivamente audaz, pero es contundente, un monólogo vibrante, muy potente, como un lamento en tres actos, en los que el narrador debe luchar con las circunstancias, sobre todo en el primero, a sus 15 años, simbolizadas en el hacha roma y pesadísima con la que debe hacer leña y el frío que le entumece el cuerpo. Los otros dos párrafos, como estudiante y trabajador, son de añoranza precisamente de esas condiciones. Para cerrar el texto, hace coincidir el tiempo del último con el tiempo de la escritura del relato, con un giro metaliterario: el narrador -hastiado en su puesto de trabajo- busca en la escritura recuperar las sensaciones o posibilidades que encontró mucho antes en el hacha. Muy bien escrito, con una voz atractiva, aunque le faltan bastantes tildes.

Jesús Manuel Roldán, con “No todo lo cuadriculado es recto II (compañeros de pupitre)

Un relato triste sobre la losa del despido y el desempleo a una edad en la que es aún más difícil encontrar otro trabajo, en torno a los 50. Las pesadillas que despiertan al protagonista por las noches toman cuerpo cuando cierra la fábrica en la que trabaja. El soporte de una vida hecha de tesón, mucho trabajo y sacrificios se desmorona al descubrir que nada de eso importa, que no puede esperar nada a cambio. Es un buen texto, bien escrito, aunque no excesivamente ambicioso en lo formal, en su estructura.

José Manuel Garrido, con “Uno en veintitrés

Es un excelente ejercicio de percepción (y de interpretación de lo percibido). El narrador y protagonista, una persona ciega que vende cupones, relata su rutina a partir de sus sentidos excepto la vista. Explica cómo se desenvuelve, cómo reconoce a sus clientes, cómo sabe lo que pasa en su entorno, cómo se entretiene cuando el tiempo se alarga demasiado… El relato funciona muy bien, queda compacto, bien armado su discurso.

Juan Carlos López-Corbalán, con “Mendigos

El texto tiene varios puntos fuertes. Destacamos dos: La actitud del narrador, distante, con un tono intelectual que parece servirle para mantenerse ajeno a las miserias de su circunstancia, casi en ataraxia mientras examina y enjuicia a otros mendigos. Y la atención del relato al grupo, esa perspectiva global que permite entender al protagonista como un colectivo hecho de varios mendigos con un pasado mejor.

Marta Elena Crespo Pedroza, con “El valor del cultor

Es un texto sorprendente: un homenaje póstumo a Miguel Parra y un ejercicio etnográfico, con las costumbres y tradiciones de Venezuela, absolutamente fascinante, que acompaña con fotografías y un audio. El relato, que se apoya o se concreta en su entierro, es la descripción exhaustiva del folklore que lleva asociado el sepelio y, desde allí, la aportación a dicha cultura del fallecido, en especial con su narración de la historia de “La vieja”.

Miguel Santolaya, con “Véllora

Relato apocalíptico, con una atmósfera agobiante por la sucesión constante de muertes en un pueblo, que parecen indicar su fin, el exterminio de su población. Bien escrito, bien soportado el suspense, su punto fuerte es probablemente la voz del narrador, uno de los habitantes del pueblo, que no trasmite ya la rabia o el miedo sino la resignación, la aceptación de su destino colectivo.

Norberto Gómez Ramírez, con “La tía Alicia y la embarazada mueca

La historia es sencilla y el narrador evita complicarla con recursos innecesarios. Tiene mucho de la literatura oral (que refuerza con la última línea), de eficacia narrativa con una trama cautivadora, con una anécdota que sirve para concentrar una historia de superación. Tiene también algo de costumbrista y de escenario exótico. El término “cachetichupada” es todo un hallazgo.

Norberto Ibáñez Molina, con “La envidia

Un relato duro, desconcertante, muy bien escrito. Con un narrador bastante oscuro, frío pero atormentado, que trabaja de pastor junto a su padre. El texto muestra un grado de intimidad con su perra muy significativo (en oposición a la que pudiera tener con otras personas), pero también tiene mucho de violencia y de tremendismo, con un escenario aislado, pobre, y las referencias a un padre agresivo. La cercanía con los acontecimientos, al hacer coincidir el momento de la escritura con el de los hechos, obliga al lector a ser un testigo demasiado próximo, a vivir de cerca el desenlace. El título alude a lo que siente el narrador ante la falta de conciencia -de sentimiento de culpa- del animal al abandonar a sus cachorros recién nacidos, que acaban comidos por las ratas.

Víctor Manuel de Pedro Ramos, con “Cartoneros

La narración en presente acerca los acontecimientos al lector, al que le resulta así más fácil empatizar con el protagonista: un hombre con estudios que trabaja recogiendo cartones en condiciones miserables. Es un relato correcto, bien escrito, bien medido su patetismo, que tiene detrás como reflexión de fondo la ausencia de oportunidades para acceder a un trabajo digno incluso para aquellos que han estudiado.

 

El jurado también quiere destacar la calidad de

Arma arrojadiza“, de Alfredo Pérez

Abrir los ojos“, de Alicia Prack

Suena un compás por tarantos“, de Ana María Pérez

Dolor de cabeza“, de Áurea Roa Marco

Fuerza de piernas“, de Diego Hernán Fina

Sinsabores“, de Gon Ana Dobratinich

Cuando fui un esquirol“, de Gregorio Vega Cuesta

Borrón sin cuenta nueva“, de Marina Saiz Agundez

Inmortales“, de Nerea Fonz Bravo


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