A las abuelas
La abuela Quica se acaba de despertar. Camina con parsimonia con mi madre detrás hasta la cocina, donde esperan preparadas sus tostadas con mantequilla y su pastillero. Tras el desayuno y sus 8 pastillas, las gotas de los ojos y el sonotone, agarra su cachaba y se coloca en el sofá del salón. Le doy...