PEDRO
Selva del Istmo de Panamá, 1910. El calor del mediodía era insoportable. 45 grados a la sombra y una pegajosa humedad selvática lo impregnaba todo. Resultaba prácticamente imposible mantenerse seco a lo largo del día. Todo era muy lumimoso, la luz solar hería los ojos, durante las horas diurnas lo más conveniente era mantener la...