Pato muerto
La secretaria de Méndez me invitó a que me sentara, que la reunión iba a retrasarse. Llevaba meses esperando a que me recibiera; unos minutos más, poco me importaban. Me trajo un café y cuando se dio la vuelta para regresar a su mesa, le vi un tatuaje en el tobillo: parecía la silueta de...