La otra cara del valle
Aquél día el viento soplaba demasiado frío. Se congelaban las gotas de sudor que emanaban de su frente. Eso significaba que por la noche había estado nevando en el Pirineo. La espesa niebla no dejaba ver más allá de cinco pasos por el frondoso valle del río Ara. Cuando Chesús se adentró en su pueblo,...