Corazón Arraigado
Pablito jugaba a los carritos y a las canicas cada tarde, muy feliz con sus amigos cada que salía de la escuela. Luego de hacer sus deberes, sus padres lo dejaban salir a que disfrutase su niñez, a que sonriera, jugara en el barro y soñara despierto que tenía súper poderes. Pablito vivía con sus...