Esperanza y resiliencia
Era casi mediodía. El tren inició la marcha lentamente. Al menos así lo sentía ella. Su corazón latía a un ritmo más rápido que el avance de las ruedas de la locomotora. Acomodada en la ventanilla del vagón, Betty no se atrevía a mirar hacia afuera. Mantuvo los ojos cerrados por largo tiempo. Sus lágrimas...