¿Sabes qué hay en la azotea?
No fue necesario comprar boleto. No hice maletas, ni un itinerario. Sí investigué a dónde iría. Durante un año leí y escuché anécdotas asombrosas de personas que habían hecho un viaje como el que yo estaba a minutos de emprender. La amiga que me animó, lo había hecho dos veces; decía que era lo más...