El Diablero
Lunes 4.30 AM. José se levantó como cualquier otro día, sinabrir las ventanas de su pequeña habitación iluminada por un foco de 40 wattsque solo le permitía ver lo básico para calzarse las ropas rotas: un pantalóncon hoyos en las rodillas, una camiseta blanca toda percudida y un sweetercolor marrón que tenía más agujeros que...