viajes de un sinaloense

viajes de un sinaloense

Alonso Guerra

17/08/2016

Durante varias semanas había pasado planeado el viaje de retorno a la Habana, eran casi diez años desde la última visita, el primer viaje lo hice durante la universidad, pero eran muchos los cambios en mi y seria muy emocionante observar las cosas con otra edad y otras circunstancias en mi vida, a las dos de la tarde aterrice en el aeropuerto internacional jose marti, el recoger la maleta se había convertido en un verdadero suplicio pues casi tardaron dos horas en pasar por la banda los equipajes, el aeropuerto era exactamente como lo conocí y se sentía un verdadero calor de los mil demonios, al pasar el control de migración, sentía la emoción infinita de regresar a la isla, al salir del aeropuerto, me dirigí a la casa de cambio, pues traía de México unos pesos que había que convertir a CUC. La espera fue infinita , había un par de chicos morenos a rabiar y vestidos con un pantalón café y camisa blanca, muy amables y me dieron unos billetes bastante nuevos, aborde el taxy y el panorama se iba abriendo a mi alrededor, el chofer con ese maravilloso acento cubano me pregunto si me dirigía a Hotel o a casa , y que si era mi primer viajes a lo que respondi que no, y que me dirigía al Neptuno en la zona de Miramar, con la cara del conductor pude darme cuenta, que el Hotel no era muy recomendable, la simpatía del chofer era de inmediata, los cubanos una gran mayoría suelen tener un carácter muy amigable y son sumamente atentos, la Habana en la carretera seguía teniendo desde mi última visita, la misma forma de un pueblo de provincia como si observara una carretera de los años 70s , aunque llena de palmeras, la soledad del camino es impresionante, al llegar al Hotel me instale en el mismo cuarto de hace diez años, pues recordaba perfectamente el número de la Habitación por ser esta, el numero de ella, el año de inicio de la revolución mexicana, 1910, subi mis maletas la habitación estaba como cuando la deje , aunque con una televisora moderna, al encenderla, me di cuenta que seguía siendo tan mala como antes con una mesa unos tipos en traje y con una seriedad absoluta, que contrasta con la calidez y el humor de los cubanos de la calle, rápidamente sali a dar un recorrido, camine hasta topar con la vieja embajada Rusa, aquella que recordaba frente a un bar o disco llamada la fregadora , cuando la mire hace diez años estaba prácticamente en ruinas, pero ahora estaba remozado completamente y los viejos símbolos que adornan ese enrejado gigante de la hoz y el martillo estaban relucientes, estaba llena de carros negros y muy vigilada , me dedique a observarla a mirar esa torre imponente que se mira desde muy lejos e impone, te hace recordar la guerra fría y la poderosa presencia de los soviéticos en Cuba la influencia que tuvieron, el calor era apremiante ,pero decidí continuar a pie, creo que un lugar es mejor conocerlo a pies y disfrutarlo tocarlo , sentir a la gente, el recorrido me llevo por el camino de las embajadas con unas enormes casonas de los 50 o 40s , con jardines enormes , la calle implacable limpia con un enorme camellón en medio a lo largo de todo el paseo, lleno de arboles y bancas , y con poca gente transitando, cuando me detengo a preguntar de un lugar donde comprar una botella de agua, me señalan un supermercado entre las calles paralelas a la avenida, hace diez años me era imposible encontrar eso, y entre había galletas jugos, jamones y variedad de productos, café y a bajo precio, fuera del lugar había un grupo de chicos cubanos con los que me detuve a conversar y su tema era la visita de Obama, que verdaderamente había causado furor , se denotaban muy felices y era interesante , me despedi de ellos y proseguí en mi ruta hacia donde fuera, solo caminar y disfrutar de lo que me da la isla , mis pies estaban sin fuerza, y me decidi por tomar un almendrón, fue emocionante subirte con otro grupo de cubanos escucharlos hablar y esa festividad que tienen , llegue al centro de la Habana Vieja y realmente es impresionante aunque la recordaba muy deteriorada, hoy los edificios están completamente remozados, me acercaba con toda la gente que se cruzaban en mi camino y charlaba de Obama, de Fidel de Raul , muchos cubanos se acercan haber que negocio hacen contigo, a que paladar te llevan a que espectáculo y ver como te quitan unos cuantos CUCS, como buen mexicano y ya diestro en situaciones mas complejas, me los quitaba fácilmente de encima, a cuba hay que saberla disfrutar mirar , conocer , y saborear , lo mas rico del país es su gente su amabilidad y la inocencia con la que te quieren envolver , diferente a un país capitalista, camine por las calles de la vieja ciudad de la calle de obispo hay muchos lugares donde comer , donde tomar café, entre a el hotel de los dos mundos, donde las paredes encierran el recuerdo de el viejo Ernest Hemingway,las fotografías de los dias de pesca con un sonriente Fidel y un sonriente che, camine muchas calles entre al barrio chino, en la esquina de entrada al arco del barrio encontré un negocio de batidos , y me agrado sobre todo el de cereal, entre también. Preguntando a un paladar y me sirvieron un enorme Plato de moros con cristianos, un pollo malísimo, langosta y un par de refrescos de naranja, la atenciones fueron muy buenas y no se diga de la chica que te entendía con una sonrisa maravillosa, después de comer y recorrer la vieja ciudad de mirar las calles las casas de los barrios la ropa colgada en los edificios , y caminar, caminar hasta obscurecer, retorne a mi habitación de Hotel, frente al edificio de el Neptuno se encuentra el centro de negocios de la Habana, también abarcando ese mismo edificio y al lado del tripton se encuentra el meliar, un hotel espectacular y entre a la zona de negocios a cenar me comi un sandwich de queso con un pan que si le tiraba a alguien con el lo descalabro y solo me quede allí por la chica cubana de ojos azules y de mirada cautivadora, que me dejo maravillado, el edificio de negocios es muy impresionante es enorme blanco , con dos supermercados, unos departamentos que encajarían en cualquier país de primer mundo, llenos de jardines un restaurant y una cafetería, un negocio de celulares y con acceso a internet, donde vendían una tarjeta a diez CUC, lo equivalente a diez dolares, y la raspabas, venia un código que introducías a tu celular, y duraba solo una hora, terminando de cenar bajas las escaleras y me dirigí a mi hotel , allí soy abordado por un par de tipos morenos y me pego tremendo susto, a la costumbre de un país como el mío que la noche y la soledad son para temer de un atracó , pues me quedo esperando lo peor sin espacio para donde correr y ellos me dicen que en cuba no pasa nada, que si alguien se acerca es para un negocio y efectivamente es muy tranquilo, y esa noche quede rendido en mi habitación, la mañana siguiente baje al desayuno y era no muy delicioso, me senté y me pidió permiso de sentarse una chica española , un poco de huevo y pan era lo que me servi , ese huevo tenia leche mezclado nunca devele ese misterio y conversaba con la chica y me dijo que le encanto México o sea Cancún, para ella eso es México y los lugares a los que fue caros , lo que me llamo mas la atención de esa chica pecosa y pelirroja, era sus dientes amarillos y con una peste que emanaba de su boca , que hizo que huyera, los dias que la mire , siempre me pareció bella , pero casi puedo jurar que nunca se dio un baño o cambio de ropa, era algo afrancesada lo digo por lo poco aseada, el dia trascurrió y me fui al capitolio, al museo de la Habana, la plaza de la revolución y cantidad de lugares , para rematar en una magnífica noche en la casa de la música en el corazón de la Habana, con un grupo de cubanos charlando y comiendo carnes frias , allí me amaneció la ciudad y decidi entonces irme a la playa del este, desde que viajaba en el almendrón, la carretera se abría a mi paso espectacular , una carretera que podría jurar la mas moderna de la isla , y llegando esta el hotel tropicoco, subes un baldío lleno de plantas , caminas sobre un pequeño puente de madera y se abre ante mis ojos un mar hermoso, de color azul cielo una arena blanca como alfombra un sol espectacular , cada espacio de la playa es simplemente perfecto , el color del mar es de un azul como los ojos de un bebe, allí caminas y descubrí una espectacular de diminuta cintura caderas en forma de corazón, una piel que brillaba un diminuto hilo de traje de baño , piernas fuertes y una cara angelical, la sonrisa blanca perfecta y una sensualidad natural que robaba la vista de todos, muchos quisieron abordarla , pero su sola imagen imponía , era indudablemente la chica de la playa de este que adornaba el paisaje , siendo ella el atributo principal, se acercó un europeo por su pronunciación supe que era italiano, pero esto era la guerra , era la aparición mas importante de la isla , ni el mismo Fidel Castro tendría tanta presencia en ese momento como ella , y me acerque con ese don que los mexicanos del norte tenemos, y logre charlar con ella, pues cuando me dijo , – pero que cómico tu eres, sabia que lo había logrado, ganchar esa morena, después de varios dias y recorrer la isla , me esperaba a las 4 de la madrugada para llevarme al aeropuerto, en el taxi y casi sin hablar, observaba las calles de cuba de los recuerdos, un grupo de desvelados conversando en las orillas de las banquetas , otros mas adelante bailando en el porche de una casa, se sentía una brisa fresca en la cara , cuando descendí del vehículo y entre al aeropuerto con mi mochila y mi maleta …… La llegada a México, al llegar a la majestuosidad de la ciudad de los palacios y con 24 horas aun en mi reloj, para regresar a Mazatlán, abandonó el aeropuerto y me instalo en el hotel de paseo de la reforma, unos cuantos pesos me quedaban y había que hacerlos rendir, camine por paseo de la reforma desde colon , hasta la alameda, estaba completamente nublado y con una sensación fría, unas cuantas gotas caían del cielo, este aire de nostalgia que da la ciudad de México es grandioso, las calles de la capital mexicana desbordan vida por las aceras, esta completamente lleno de negocios ambulantes de comida, compre unas quesadillas con salsa roja y un boing de guayaba, y seguí caminando, me tope con un campamento de profesores que se oponen a las reformas de gobierno, en el mítico lugar de la ciudadela , allí están instaladas cientos de casas de campaña,encima del lugar donde cayó asesinado el hermano del presidente Francisco I madero, Don Gustavo, después de el golpe militar de la vieja dictadura porfirista, y entre los puestos y los campamentos me introduje al túnel del metro, que me llevaría al mítico barrio de Tepito, el llamado barrio bravo de la capital , donde desde antes de la conquista, era el lugar del comercio mas importante y hoy sigue siendo un lugar fundamental donde se encuentra de todo, al salir del subterráneo, camine entre la inmensidad de los tianguis, una área esta completamente llena de ropa, la manera en la que los vendedores hacen la publicidad es muy creativa , cosas como es robado , pero puesto ni se nota, hacen el deleite de los oídos.este lugar tiene magia la de bueñel cuándo filmo los olvidados, la de pedro infante , donde busco su traje de charro, la de las vecindades de la época de oro, la del mexico vivo , al regresar al hotel me quede esperando el tiempo para regresar al aeropuerto y regrese a Mazatlán.

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