I Concurso de Historias del viaje Fundación Escritura(s)
I Concurso de Historias del viaje
31/10/2016. Publicado el fallo del jurado sobre los premiados: ver aquí.
Publicación del libro con las obras seleccionadas
En definitiva, no hay más que libros de viajes o historias policiales. Se narra un viaje o se narra un crimen. ¿Qué otra cosa se puede narrar?
Ricardo Piglia
Zuzana Hrabčáková
Pautas
Los concursos del Club de escritura Fuentetaja, organizados por la Fundación Escritura(s) en colaboración con Talleres de escritura creativa Fuentetaja, buscan ser ejercicios motivadores, un modo sugerente de trabajar propuestas para la práctica de la escritura. Para cumplir con su objetivo es importante que el usuario se ajuste a las condiciones de cada convocatoria. Os resumimos las fundamentales de esta primera edición de Historias del viaje:
1. El concurso se convoca en varios registros que conviven a la misma altura: texto, fotografía y vídeo, así como sus interrelaciones.
2. La extensión máxima es 1000 palabras, 10 imágenes y un vídeo de 5 minutos. Pueden combinarse los tres elementos siempre que cada registro no supere esos máximos.
3. Por viaje entendemos, en su sentido más amplio, un camino hacia lo que no conocemos, lo que no nos es familiar. Viajar y hacer turismo no son, en ningún caso, sinónimos.
4. El nuevo editor de textos quiere servir de incitación al usuario para experimentar nuevas fórmulas narrativas. Lo que hemos hecho, por ejemplo, en «Escritura(s)«. Valoraremos, por tanto, la introducción de fotografías, vídeos y música como recursos creativos, con carácter documental y/o artístico.
5. Es obligatorio señalar al final de la obra, en mayúsculas, el nombre del espacio que sirve de inspiración al relato (el país o la localidad, o la calle o el barrio).
6. Se debe añadir también al menos una imagen de ese espacio. Se puede usar la aplicación de Google Street View (integrada en el nuevo editor de textos), e indicar también el recorrido.
7. El Club se rige por un pacto ético: Para poder acceder a los premios será necesario haber puntuado al menos 10 obras en el periodo de votaciones. El club es un espacio para ser leído y comentado, pero también para leer y comentar las obras de otros.
8. La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso. El participante debe leer detenidamente las bases completas.
9. Aquellos participantes que hayan publicado sus obras con el editor de textos anterior pueden modificarlas (sin perder lecturas ni comentarios) para aprovechar las herramientas del nuevo editor.
Motivación
La propuesta de los tres concursos anteriores –Historias de familia, Historias de la calle e Historias del trabajo- quería animar a los participantes a explorar sus entornos más inmediatos, más familiares. Con ese mismo objetivo de buscar la intensidad y la autenticidad que surgen de las experiencias más directas, el planteamiento de Historias del viaje es una vuelta de tuerca a esa reflexión sobre lo vivencial, con la invitación a aproximarse a eso que no consideramos próximo, que buscamos fuera de nuestro entorno o nuestra rutina. Supone, por eso, un plus de esfuerzo sobre los otros concursos del cuadríptico. Un mayor compromiso. Porque acercarse a lo desconocido es uno de los impulsos fundamentales de la labor artística. El viaje y la narración como búsqueda (y registro) del extrañamiento, para mirar distinto: más y mejor. Porque también narrar requiere una distancia: distancia de los hechos, distancia de la experiencia para encontrar un relato. Lo que decía Beckett: el artista es el que fracasa donde nadie se atreve a hacerlo. O Bolaño: el que mete la cabeza en lo oscuro, el que se aleja hacia lo desconocido: “hacia lo que nos aterroriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha”.
ACCEDE AL DOSIER SOBRE LA LITERATURA Y LOS VIAJES
Características
Concurso abierto: El concurso se desarrolla en la plataforma del Club de escritura Fuentetaja, testada y diseñada específicamente para dar cabida a este tipo de procesos, facilitando siempre la participación, la interactividad y la transparencia. Los concursos que convoca el Club de escritura Fuentetaja son abiertos: desde el mismo momento en que se presenta una obra, esta se abre a la lectura, al comentario y a la recomendación por parte de cualquier visitante del club. Más adelante, la obra se somete también a la votación, en el entorno de un sofisticado sistema de programación y bajo el control de reglas destinadas a evitar abusos.
La convocatoria se realiza en tres registros:
A. Relatos de texto, que pueden incluir imágenes y vídeos (debe incluir al menos una imagen).
B. Serie de fotografías con o sin texto sobreimpreso, donde la imagen es clara protagonista y el texto, nunca más que unas frases, se encarga de darle un apoyo; puede ser en forma de postal/es, collage, “fotonovela” (fotorrelato corto en este caso), etc.
C. Cortos audiovisuales donde la imagen y el audio atiendan a la temática propuesta, bien como un registro de relato oral, como montaje de imágenes de viajes con o sin voz en off, o como una composición libre que de una u otra manera cumpla con la temática propuesta.
Requisitos básicos: máximo de diez fotografías; textos de un máximo de 1000 palabras; vídeos (alojados en plataformas externas del tipo Youtube o Vimeo) de una duración máxima de cinco minutos.
Fechas: La convocatoria comienza el 25 de junio de 2016 y su plazo de admisión de originales abarca hasta el 7 de septiembre de 2016. Votaciones del 8 de septiembre al 9 de octubre. Fallo del Jurado: 31 de octubre de 2016.
Mitchell Kanashkevich
Condiciones generales
1. La participación en este concurso, así como el registro en el Club de escritura Fuentetaja, es gratuita. El concurso se dirige a las personas mayores de edad registradas en el Club de escritura Fuentetaja. Se puede participar desde cualquier lugar del mundo. Este registro es totalmente gratuito y no supone ninguna obligación de compra. No optarán a los premios los trabajos presentados por los empleados de Paradójica SL -empresa gestora de Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja- o representantes de Fundación Escritura(s), ni sus familiares directos, aunque pueden publicar aquí sus obras. En esta plataforma es necesario usar la identidad real, única forma de garantizar una única aportación por persona en cada actividad. Para optar a los premios de las actividades cualquier persona que se registre debe facilitar datos como dirección y teléfono que, en caso de duda, permitan verificar la identidad del concursante y/o votante y descartar la creación, por un mismo usuario, de varios registros bajo identidades diferentes; esos datos también son necesarios para garantizar el envío automático de premios en sus distintas categorías —concursante, votante, comentarista de obras a concurso—.
2. Los participantes deberán registrarse en el club de escritura Fuentetaja o en la aplicación de Facebook y enviar dentro de la convocatoria Historias de viajes obras en los formatos admitidos. La presentación se llevará a cabo desde el 25 de junio de 2016 hasta las 24:00 horas del 7 de septiembre de 2016, según la hora del servidor UTC. No se aceptará ninguna obra fuera de plazo.
3. Cada participante podrá presentar un máximo de una obra que deberá ser original e inédita.
4. El participante no podrá retirar su relato una vez cerrada la convocatoria. Si es un vídeo, se compromete a mantenerlo al menos durante un año en la plataforma desde el que lo haya subido.
5. Los autores cuyos relatos sean seleccionados para su publicación en el ebook colectivo renuncian a recibir una cuantía económica por los derechos de autor que pueda generar el libro. Su módico precio de venta pretende cubrir solo los gastos de su edición; una vez cubiertos, el dinero generado con las descargas servirá íntegramente para incrementar la dotación de los premios de la próxima convocatoria de Historias del viaje.
6. La organización no mantendrá correspondencia sobre las bases del concurso.
Sistema de votación y jurado. Ganadores
En el periodo de votación popular es obligado que cada votante puntúe a un mínimo de 10 obras de sus compañeros. De no hacerlo, no podrá optar ni a los premios ni a su publicación en el ebook colectivo.
Desde la apertura del plazo de votación a su finalización (De 08/09/2016 al 09/10/2016) se contabilizará el número de estrellas concedidas a cada relato. No se sumarán las votaciones de los usuarios que hayan votado a menos de 10 obras (el sistema garantiza la no contabilidad de los votos hasta completar el número obligatorio de votaciones).
Resultarán 100 obras pre-seleccionadas en atención a su puntuación y un jurado compuesto por profesores del Taller de escritura Fuentetaja será el encargado de distribuir los premios en atención a la calidad de los trabajos elegidos. El jurado se reserva la potestad de incluir entre los premiados o menciones obras no pre-seleccionadas entre los cien primeros en atención a su calidad.
Resultados
1. El resultado final del concurso y la asignación de los premios serán hechos públicos el 31 de octubre. Serán comunicados por e-mail o SMS a las cuentas de los usuarios. Los premios se harán llegar por correo postal.
2. Si la notificación a los ganadores fuera devuelta como una cuenta de correo electrónico o teléfono no válidos, este será descalificado.
3. Los participantes que resulten ganadores definitivos del concurso aceptan y autorizan a que la mención de sus nombres y premios obtenidos pueda aparecer en la página web Club de escritura Fuentetaja o en cualquier otro soporte comercial, publicitario o medio de comunicación que pueda utilizar Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja a fin de informar y hacer público el resultado del concurso realizado. Igualmente las obras participantes podrán ser objeto de difusión desde su presentación al objeto de servir de muestra de la convocatoria y animar a la participación.
Los participantes deben ser los autores de los relatos y los poseedores de todos sus derechos. Ante cualquier irregularidad en este sentido, el Club de escritura Fuentetaja eliminará la obra publicada y expulsará al usuario.
Los premiados ceden expresamente a Fundación Escritura(s) los derechos de difusión de la obra presentada desde el mismo momento de su presentación para su publicación en los formatos y condiciones que se determinen, que en ningún caso exigirán exclusividad, pudiendo el autor difundir la obra como prefiera tras su presentación al concurso. El derecho de difusión se entiende para todo el mundo y por el plazo máximo permitido por la normativa aplicable en España. Los participantes cederán los derechos de publicación de las obras elegidas para formar parte de una posible publicación colectiva, de precio módico y cuyos beneficios irán destinados a la financiación de actividades de la Fundación Escritura(s). Toda difusión se hará citando el nombre del autor.
La organización se reserva el derecho de retirar del concurso cualquier obra que considere que no cumpla con las bases o haya sido reportada por otros usuarios.
En cuanto al uso de imágenes o vídeos, el concursante deberá ser capaz de atestiguar que sean de su autoría o, en caso contrario, acreditar que se dispone del permiso por parte de los titulares de los derechos de propiedad intelectual, industrial, imagen y/o cualquier otro del contenido que aparezca en la fotografía o, en su caso, consentimiento expreso de las personas que aparezcan en la fotografía para su exposición y/o difusión, eximiendo de cualquier responsabilidad legal a la organización.
4. El mero hecho de participar en la convocatoria supone la aceptación de las bases reguladoras.
La resolución que deba adoptarse por cualquier incidencia no prevista en estas bases corresponderá únicamente al organizador del concurso, quien resolverá con el mejor criterio, sin que proceda recurso alguno.
5. Los derechos de textos e imágenes permanecerán en poder de sus autores si bien ceden a la organización a su publicación en los términos indicados en las bases, y siempre haciendo figurar el nombre del autor. El ingreso como miembro participante en el Club se hará con dirección electrónica válida e identidad y dirección física real. La mecanización del proceso del concurso exigirá para la entrega de premios, si la hubiese, identidad y dirección física comprobables en los datos del registro.
6. Los ganadores del concurso dan su consentimiento a los efectos de acceder a sus datos personales y tratarlos con la finalidad de comunicar el resultado del concurso, utilizando para ello su nombre e imagen, sin que dicha utilización le confiera derecho de remuneración o beneficio alguno.
7. La organización no se compromete a mantener correspondencia o atender a consultas particulares de ningún tipo en relación con la convocatoria. Debido al proceso mecanizado de las convocatorias del Club de escritura todos los pasos estarán pautados y anunciados oportunamente en la web.
8. En cumplimiento de lo establecido en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, en la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la sociedad de la información y comercio electrónico y demás disposiciones dictadas en su desarrollo, Fundación Escritura(s) informa a los participantes que los datos personales obtenidos en el microsite club de escritura serán recogidos por parte de Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja, o a través de otras entidades que lleven a cabo la gestión o tramitación de los datos (encargado del tratamiento), y se incorporarán al correspondiente fichero automatizado de Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja. Dichos datos serán utilizados para identificarte como usuario de Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura Fuentetaja, así como para el desarrollo de acciones comerciales (por medio de teléfono, SMS, correo electrónico y cualquier medio telemático), de carácter general o adaptadas a tus características personales. Podrás en cualquier momento ejercitar de manera gratuita los derechos de oposición, acceso, rectificación y cancelación de tus datos. Para ello, deberás contactar con nuestro Servicio de Atención al Cliente por correo electrónico a info@fundacionescrituras.org.
9. El hecho de participar en este concurso implica la total aceptación de estas bases, así como el criterio de Fundación Escritura(s) en cuanto la resolución de cualquier cuestión derivada del mismo.
Pacto ético
El votante se compromete a aceptar en todo momento del proceso de concurso el pacto ético cuyas cláusulas se definen haciendo clic en este enlace:
Pacto ético para participantes, votantes y comentaristas
Contiene consideraciones muy importantes para el buen fin de la convocatoria. Si no las has leído ya en anteriores convocatorias es imprescindible para participar que las leas ahora con atención; resumen el espíritu de este club y las normas básicas de conducta en su seno. La no observancia de este pacto podría suponer la exclusión del proceso de concurso.
Hemos preparado un vídeo con las indicaciones que creemos que pueden seros útiles para comentar un texto literario.
Podéis verlo completo aquí, con un índice para visionar el tema concreto que os interese.
Preguntas frecuentes
El espacio habilitado en cada convocatoria para escribir comentarios no está pensado para mantener los usuarios un diálogo con los administradores, sino para comunicarse los usuarios entre sí. Los administradores del Club de escritura Fuentetaja no pueden responder a todas las preguntas que formulan los participantes. Su papel es solo el de mediadores. Por favor, antes de ponerte en contacto con ellos lee detenidamente las bases de la convocatoria.
Resuelve tus dudas en Preguntas frecuentes.
RECOMPENSAS Y PREMIOS
Valorados en 1.500 euros y la publicación de los seleccionados en un libro electrónico.
Un primer premio a una obra elegida por el jurado
– 1.000 euros en metálico.
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo de precio módico (de descarga gratuita para los autores de los relatos seleccionados).
Un premio especial al ganador de la votación popular
– un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 150 euros.
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo de precio módico (de descarga gratuita para los autores de los relatos seleccionados).
A los 25 finalistas elegidos por el jurado
– publicación de la obra en un libro electrónico colectivo de precio módico (de descarga gratuita para los autores de los relatos seleccionados).
Un premio especial al lector y comentarista
– un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 100 euros.
GANADORES:
Primer premio
dotado con 1.000 euros en metálico
Soledad García Garrido, con “Domingo de playa”
Relato divertido, de tono incisivo, con imágenes sugerentes, con un dramatismo excesivo que le da comicidad a la escena costumbrista de una familia estereotipada en la playa. La ordenación cronológica de los hechos, que se suceden al tiempo que los narra el hijo resacoso, permite la sorpresa final -que le da otra dimensión a la obra, con un sentido más hondo- con el accidente de este al meterse al agua, que es narrado con sutileza, como una alegoría por el que lo traga el mar: Pone así el foco en la atracción por el abismo como meta de ese otro viaje que es la búsqueda de una revelación, de una epifanía, con la transformación final del héroe que, con todo, aquí no queda del todo explicada.
Premio al lector más destacado
dotado con un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 100 euros
Yolanda Santana Areces
Con un papel muy activo en la valoración de las obras de sus compañeros, los comentarios de Yolanda han sido generosos y acertados, ha sabido ver en los relatos los elementos que mejor funcionan y ha buscado con sus autores un diálogo enriquecedor para todos.
Finalistas elegidos por el jurado
Junto a los ganadores del primer premio y del premio de la votación popular, las obras de los finalistas serán publicadas en el libro electrónico colectivo Historias del viaje. En el acta aparecen sus nombres por orden alfabético.
Adrián Muñoz, con “Retorno a la deriva”
Un texto audaz, complicado (a veces innecesariamente), que recoge el viaje de vuelta del protagonista. El comienzo del relato es su regreso precipitado, antes de tiempo (“fui recibido como un sietemesino”), que le permite al narrador una primera reflexión sobre la ruptura que supone siempre un viaje (frente a la ingenua creencia de poder estar en un lugar y en otro). La información es escasa al principio, sin apenas datos con los que pueda el lector apuntalar las cavilaciones del protagonista, pero avanzado el texto explica el porqué de su regreso: una ruptura sentimental, el deseo de ella de acabar con la relación, que lo obliga a regresar a casa en busca de una explicación que hará también de despedida definitiva: esta Penélope no es la de Ulises.
Alfredo Ortega Trillo, con “El root river”
Un relato envolvente, de estilo directo, sincero, muy limpio, casi filoso. Exhaustivo: como si fueran las notas del viaje, que no ha querido manosear demasiado. Contagioso, como los buenos libros de viajes. Una aventura de riesgo y deporte que apuntalan bien también las fotografías, que nos sirven también para fechar mejor la historia.
Andoni Aldasoso, con “Drake One Fifty o el frío que no tarda en llegar”
El grueso del relato, bien escrito, bien armado, es solo una escena: la cena tensa del narrador y su pareja en un restaurante caro como anticipo de su ruptura, que él prevé como un indicio más o una consecuencia más de no encajar ahí, de lo que es muy consciente. El narrador, un mexicano que trabaja como corresponsal para una revista en Toronto desde hace tres meses, hace del historial de su relación sentimental (con todas sus fases quemadas a velocidad de vértigo) una explicación en miniatura de su relación con el país: un buen ejercicio de concreción a partir del isomorfismo de ambos ámbitos de su vida.
Bel Suñé, con “Si quería expresar lo mejor de mí, primero debía fotografiar lo peor, fotógrafa contemporánea”
La historia es buena: el viaje como un ejercicio de autodescubrimiento a partir de la búsqueda de respuestas en su familia, con las generaciones que la precedieron. La intención del viaje, y las capas de su historia que va descubriendo, consciente del peso de su pasado (que remite al enfrentamiento de las familias de sus padres en la guerra civil) pero también de su papel para asimilarlo e incluso reconducirlo, son su punto fuerte. Su punto débil son las reflexiones del narrador, demasiado contundentes, que asfixian al relato, con un primer párrafo un tanto pretencioso en su rotundidad.
Carlos Mata Latorre, con “Proyecto Kupfunana”
La estructura del relato tiene tres partes bien diferenciadas: la presentación de Jesús el Cura y su proyecto social, y la presentación del país, Mozambique, que se mezcla con el registro del propio viaje, y una tarcera parte, al final, de tono más reflexivo, sobre las motivaciones del reencuentro. Las dos primeras funcionan bien por el estilo sencillo, nada pomposo ni excesivo de su testimonio. La tercera, que concentra la carga emotiva del texto, habla del porqué del viaje: la muerte de su hijo y la necesidad de respuestas con las que encontrar al menos cierta calma.
Carlos Valenzuela Cordero, con “El heroico viaje del cobarde Kliment Vlasov”
El relato, con su título paradójico, tiene varios méritos evidentes. El primero: la ambientación de la historia en la guerra ruso japonesa de 1904 y 1905, con un texto muy atento además a las ilustraciones, que funciona casi como glosas. El segundo, la construcción del personaje Kliment Vlasov, en su viaje en tren al frente. La atmósfera general de desasosiego ante una derrota cada vez más evidente, a pesar de la propaganda estatal, se concreta en el descreimiento de Vlasov, cada vez más consciente del sinsentido de la guerra del que ya le había advertido -y no había querido creerle- su amigo por carta.
Carmen Álvarez, con “Mis ojos no eran marrones”
Reflexivo y reivindicativo, el texto es un viaje interior (y temporal), un ejercicio de memoria, de ordenar los recuerdos y darles un sentido para completar otro ejercicio más ambicioso de autoafirmación del yo, de una identidad propia que se revuelve y reacciona ante las expectativas de los otros: la hiperfeminidad de la narradora como meta del viaje, como respuesta a una clasificación de géneros (un encorsetamiento demasiado restrictivo) con el que no se ha sentido nunca cómoda. La narración, intensa, honesta, peleona, funciona muy bien como viaje hacia un descubrimiento, aunque quizá queda todo demasiado explicado. Faltan algunas tildes.
David López Antequera, con “Grandes viajeros”
Un texto sólido, bien estructurado, aunque algo tópico, en el que los primeros lugares visitados funcionan de indicios de una felicidad pasada y la desgana de los últimos viajes como indicio de un fin previsible. Escrito para ella, con un destinatario expreso, Matilde, se maneja muy bien con esos dos pasados (el feliz y el infeliz de la pareja) y con el presente, con esos reproches calmados por el tiempo, pero dolidos, todavía nostálgicos, al recomponer su historia y los rasgos de ella que a él le quedaron grabados mientras viajaban. Un balance de 2 años y 20 países al que el vídeo que cierra la obra, hecho de cortes de grabaciones domésticas, carga de intensidad.
Ernesto Goñi, con “Donde la tierra está más cerca del cielo”
Un buen ejercicio: El relato del viaje a la África subsahariana es también el registro de la transformación del protagonista y narrador, el testimonio de un aprendizaje que lo lleva a ser (o vislumbrar al menos) otra persona. Su agobio en el autobús marca -con una atmósfera bien lograda- el cambio radical, sin ninguna transición, de costumbres (y valores) que lo obliga, primero, a sobrevivir a los límites que hasta entonces habían conformado una relación apacible con su circunstancia o su entorno (lo mismo da aquí Ortega que Heidegger) y, luego, en esa adaptación a la nueva realidad, a asumir un aligeramiento en su vida, una levedad que le contagian allí y que le muestra otra perspectiva de la felicidad.
Fabio Romero, con “Tiquete del Futuro Express”
Bien escrito, el texto es el relato de un primer viaje en pareja que el narrador toma como indicio de un futuro poco apetecible, con un desequilibrio muy claro en los entusiasmos de ambos. Ella se desvive por enseñárselo todo. Él hace del calor agobiante la mejor representación del cansancio vital, del agotamiento, de la apatía, de la desilusión. El temor al compromiso, y las señales que cree ver en su novia, convierten el viaje en una epifanía. Es sin duda un texto sugerente, bien construido, aunque queda un tanto difuso ese proyecto fotográfico que aparece como excusa principal para el viaje.
Germán Marín, con “El gris peregrinaje”
El relato, de tono apocalíptico, bascula en dos tiempos: el presente del viajero que vuelve al lugar de los hechos (que le llega al lector por un narrador testigo) y el pasado que rememora (a través de un narrador omnisciente), sacando cada recuerdo de los pocos elementos que quedan en pie tantos años después de la catástrofe. En ese reencuentro con su pasado, el texto dosifica la información de lo ocurrido, al irse perfilando las emociones del protagonista con los hechos. En el vídeo, la superposición de las imágenes presentes y las voces del pasado consigue un solapamiento de los tiempos muy eficaz, dándole más fuerza a la atmósfera del relato.
Inmaculada Reina Segovia, con “La luna en Alabama”
Texto bien escrito, que el narrador conduce bien: el relato del hecho anecdótico, mínimo, de encontrarse la protagonista un ciempiés en la habitación de un motel desencadena, al desvelarla de noche, un fluir de la conciencia en el que se alternan -con una estructura equilibrada, ordenada, de transiciones suaves- las imágenes que ve en televisión con el recuerdo de sus hijos, que siente cada vez más lejos, y los motivos últimos por los que viaja.
Israel Escobar Gallego, con “Luces pasajeras”
Muy bueno: Es emotivo y sincero. Es tremendamente intenso, pero también contenido: no se permite ningún aspaviento. La fecha del comienzo sugiere ya una conmemoración, pero las cervezas en una terraza para ambientarlo le evitan al texto toda tentación de solemnidad para centrarlo en lo humano, en la relación entre ellos. El narrador describe a sus dos amigos: cómo eran y cómo han cambiado. Y tras las presentaciones descubre el motivo del encuentro: recordar al amigo muerto en un accidente de tráfico que tuvieron los cuatro 14 años atrás: a Camilo, al que no describe, para remarcar ese corte abrupto con la vida. “Sin documentos”, de Los Rodríguez, con las letras de las estrofas intercaladas en el relato de los hechos, comunica el momento de la escritura con el momento mismo del accidente (es una pena que el autor no haya incluido la música en la obra).
Jesús María Martínez del Rey, con “Pacto de silencio”
Relato bien estructurado, con los tiempos bien medidos para sobredimensionar un suspense que en esta historia ligera, simpática, es apenas un hilo. El primer párrafo pone ya el foco en Martín, en su candidez o ingenuidad: un hombre viudo, limitado intelectualmente, muy poco viajado, que desaparece del grupo en un viaje organizado. El grueso del relato es su búsqueda por París y, al final, su encuentro, con su confesión de los hechos, la motivación y su arrepentimiento. Bien escrito, el autor muestra también un buen oído para los diálogos.
José Manuel Viera, con “Aire”
El texto (y también el cómic, con el mismo contenido, muy trabajados ambos) es un ejercicio de precisión con el que el narrador concreta en una pareja el síndrome de Stendhal. En la misma Florencia, frente a la Galería Uffizi, Giani, dependiente de una heladería, es testigo de la discusión de una pareja de turistas: Ella, agotada y agobiada por tantos días de viaje organizado, renuncia a visitar el museo para comerse tranquilamente un helado. Él, contrariado, reacciona mal. El narrador, al abrir y cerrar el plano de la acción, con una plaza abarrotada, plasma bien el agobio del turismo también a las ciudades.
Manuel Arechavaleta Hernández, con “Un viaje iniciático”
Ejercicio audaz con el que el narrador recoge en diez imágenes, con pie de foto, su viaje a Gambia. Con los retratos y las escenas cotidianas atiende tanto al viaje, del que reflexiona de tanto en tanto, como a las personas que conoce en él. Los textos, sencillos, sin pretensiones pero eficaces, funcionan como notas mínimas para añadirle una información extra a las fotografías, como si fueran su glosa. Quizá resulta innecesaria esa breve introducción de tres líneas hecha de lugares comunes, pero las fotos demuestran su capacidad para hacerse con una realidad ajena.
Marta Prat Morales, con “Nunca bebas de una taza desconocida”
Es un ejercicio interesante que alterna el registro de los hechos con la reflexión interna: el primero con una sintaxis más ordenada y la segunda, como fluir de la conciencia, más alterada (por momentos paranoica), como dos perspectivas para los mismos acontecimientos. El relato de un viaje (muy deseado) a la India le permite al narrador una cavilación más general sobre la actitud que tomar ante lo desconocido (o los desconocidos): una más inocente, más cándida, o una más desconfiada: aceptar la taza que le ofrece una niña o no aceptarla. Tiene algunas faltas de ortografía desconcertantes.
Maynné Escobedo, con “Sentir lo intraducible”
Un buen ejercicio de escritura ampliada, en el que los diferentes registros (texto, audio, vídeo, bocadillos y mapas) encajan bien en una larga postal de tono reflexivo, pausado, pero emotivo. Contradictorio, sin querer avergonzarse de ello: nostálgico, pero al tiempo entusiasta con la nueva realidad, en la contraposición que late desde el principio entre Ciudad de México, su origen, y Copenhague, su destino. Con la ciudad danesa en la superficie del texto (la que le presenta al lector) y la ciudad mexicana en sus profundidades (la que le arranca las emociones más vivas, muy vinculada a ese tú al que se dirige).
Óscar Blanco Aparicio, con “La duna improbable”
Un texto bien construido, con un estilo sencillo y cautivador, en el que predomina la descripción de la duna desde una actitud de admiración y de deseo de compartir el hallazgo. La presentación es precisa, incluso exhaustiva, pero no quiere ser abrumadora con los datos: quizá su punto fuerte es esa voluntad comunicativa, de trasmitirle al lector su experiencia para que también él pueda vivirla, un modo de compartir ese momento de comunión con la naturaleza. Junto a la descripción incluye también el relato de su escalada y los acontecimientos históricos que sucedieron allí en 1942, lo que afianza su carga emotiva. Pero podría haberle sacado más partido, con su ubicación excepcional, también con su carga metafórica. En las fotografías, en cambio, aunque son útiles para documentar cómo es la duna (sus dimensiones sobre todo), no se percibe una voluntad artística.
Raúl Harlev R., con “Cartógrafo de mentira”
La presentación estándar (pero también cómica y un tanto patética) del protagonista en su primera reunión de alcohólicos anónimos le sirve al narrador de punto de giro para cerrar, con las consecuencias (el hartazgo de su familia), el cambio de actitud que se produce paulatinamente en Gonzalo, un emigrante venezolano en Estados Unidos: cómo la distancia y el paso del tiempo van haciendo mella, van deshaciendo los lazos afectivos y la nueva realidad borra la vieja, la vuelve menos necesaria.
Ronald Pérez Valladares, con “Una ciudad de verdad”
Bien escrito, exhaustivo en el registro de los acontecimientos del viaje (y en las vivencias e impresiones del narrador), el relato funciona bien como viaje iniciático decepcionante, lejos de las expectativas que se había hecho el protagonista: Muy embebido por las letras, intenta recrear lo vivido por los personajes de Vargas Llosa, conocer esa provincia extrema, reaccionaria; pero la realidad lo desilusiona, le apena lo visto en crudo, sin la mediación de la literatura.
Sergio Rebollo Dabo, con “La estación de tren”
Un buen texto: bien escrito, potente, exhaustivo con las descripciones y riguroso y atento con los estados de ánimo del protagonista, con los que consigue una atmósfera de novela negra muy notable. Apunta a una buena historia de intriga. El elenco de personaje es sugerente. Se intuyen todos los elementos para un buen relato, pero son demasiadas pocas claves para que el lector pueda reconstruir la historia (no solo el desenlace, también las motivaciones, el origen, etc.). Necesita una estructura más sólida para poder sostenerse.
Tulia González, con “En algún rincón del mar”
La redacción no es buena, no está trabajada, pero el relato trasmite la intensidad de un viaje excepcional, es al menos capaz de asomarse a las dimensiones colosales del proyecto, cómo el abismo obliga a recalcular una y otra vez las fuerzas para afrontarlo. Con dos acciones contrarias pero complementarias, que le sirven para reconocerse a sí misma: primero su alejamiento de la comunidad, cómo se desprende de lo material, para poderse tantear, echándose al mar, y luego el reencuentro con la civilización, con otra comunidad, con esas imágenes tan potentes de tener que volver a aprender a caminar y la solidez desconcertante de todo después de tantos días navegando.
Yocelynn Olmos Ortiz, con “Si…”
Una buena historia, en la que el viaje le funciona a la narradora de marco para una reflexión triste, cansada, pero también sincera, de su posición (y los intereses contrapuestos) como hija de su madre y madre de sus hijas. Los acontecimientos que relata van socavando en ella su ánimo, siempre a punto de desmoronarse, por un sentimiento de culpa, de sentirse incapaz de complacerlas a todas, que parece que viene de lejos, pero que culmina con su decisión de llevar a su madre con ella y sus hijas al Salar para no dejarla sola (pero sin adecuar el viaje a ella): un viaje extremo en el que la anciana acaba muriendo.
Premio de la votación popular
Dotado con un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 150 euros
José Luis Chaparro, con “Sin una sola palabra”
El relato -una buena historia sobre el vínculo afectivo de madre e hijo y el desgarro que le produce a este su primera separación, de niño- es muy habilidoso con los tiempos: con distintos pasados en la línea de coordenadas de la historia, convertido el pasado de la espera del viaje en un presente que se demora muchísimo hasta que el narrador sube al tren para irse de vacaciones al pueblo del padre y poder aligerar la economía familiar (historia que queda omitida en el relato, centrado en la separación). Con esa espera -grabada nítidamente en su memoria- consigue el narrador actualizar sus emociones de entonces, volver a darles vida.