Los nuevos jefes
Soy el único empleado que queda en la empresa. Por eso, nadie habría impedido que ocupara el despacho de la esquina, ese que tiene un sofá donde echar una cabezadita, una máquina de café y una neverita con bebidas. En cumplimiento de mi misión recorro todas las mañanas los pasillos desiertos, mirando por las puertas...