IV Concurso de Historias del trabajo Fundación Escritura(s) y Talleres de escritura creativa Fuentetaja

Convocatoria cerrada

447participaciones

IV Concurso de Historias del trabajo

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Admisión de originales: del 12 de marzo al 10 de junio

Periodo de votaciones: del 11 de junio al 8 de julio

Fallo del Jurado: el 31 de julio

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El buen amigo 

Era una mañana de verano cuando observe que en la obra en cual supervisaba faltaba mucho más para completar el avance programado donde recurrí al administrador de la empresa para llamar su atención y solicitar una entrevista personal con el gerente, así mismo presentar el informe verbal de la situación en la que se encontraba,...

Tu puntuación:

18

138

UN SUEÑO 

lazaro montejo

23/05/2019

En medio de todo y a la vez de nada, un suspiro de alivio mientras veía tu linda sonrisa, tu corto cabello como el de un varón, unos ojos grandes que miraban con ternura todo a su alrededor, palabras que se llevo el viento otras que no pudieron salir de tus labios o que no pude escuchar, pero vive en mi aquel lindo recuerdo, el primer día que te vi, mi sueño María Ailin.

Tu puntuación:

21

196

El trabajo dignifica 

El trabajo dignifica… y una polla, eso será a los pijos esos de ciudad que pueden trabajar en lo que les gusta o, al menos, en lo que han estudiado. Pero yo ni he estudiado ni, por supuesto, tengo un trabajo que me guste. El camarero sigue secando los vasos mientras oye sin escuchar el...

Tu puntuación:

90

369

un día de salud 

No trabajo en algo que me apasione pero voy con gusto. Puede que académicamente esté demasiado formada para este puesto, pero el saber no ocupa lugar, como dice el refrán, nos pasa lo mismo a muchos compañeros de mi categoría, de mi promoción universitaria acabamos opositanto a auxiliares administrativos unos cuantos. Producto de la crisis...

Tu puntuación:

22

148

Resignación 

Lázaro González

14/03/2019

Mientras recorro otra vez el camino rumbo a mi labor diaria, vuelven a mi mente las afugias que desde ya tengo la certeza me he de encontrar; ya casi puedo sentir a mi compañera de respingada nariz, sumida en su teclado, apartada del resto del grupo en actitud hostil cuidando como si de un fuerte...

Tu puntuación:

80

294

Incesante vocación. 

D.L.Valrez

15/05/2019

He empezado a resumir mi vida en una sencilla obra. Cansado y martirizado por los agobiantes días de trabajo de la clase media, los dedos aún me sangran al tomar el bolígrafo y escribir meticulosamente mi nombre. Mi abuelo decía constantemente que así como los pájaros nacieron para volar, el hombre nació para trabajar y...

Tu puntuación:

28

136

Una mala entrada, una buena salida 

Luis Roca Jusmet

05/06/2019

Nací en Barcelona el año 1954, en el todavía asfixiante entorno del franquismo. Mi abuelo tenía una sastrería-camisería en el centro de la ciudad. Era lo que dice un “señor de Barcelona”. Pero este señor no lo era tanto y una de las cosas que hizo fue rechazar a su hijo, es decir a mi...

Tu puntuación:

60

133

La licencia del trabajo 

Maricela Fer

21/05/2019

Todos los días una rutina, levántate Samantha me digo, aséate, prepara tu desayuno, alístate, calienta el carro, conduce con cuidado, estaciona el carro, marca la tarjeta y empieza tu trabajo. Hola que tal, les dices a todos, no todos te contestan bien, algunos llevan problemas de casa a la oficina y muchas veces son los...

Tu puntuación:

25

105

A través de la ventana 

The_Owl_Writer

05/06/2019

El tecleo repetitivo y soporífero de sus compañeros de departamento la estaba matando. Sentía que vivía en una nebulosa extraña y familiar a la vez. Una nebulosa donde flotaban los post-its con frases como: “Llamar urgente al proveedor de tubo de titanio.” Aquella fábrica gris, aquel departamento gris, y aquel cubículo gris en el que...

Tu puntuación:

44

108

Un gusano en el cerebro 

enrique bollain

26/05/2019

Leí su historia clínica y entré en la habitación, que compartía con cinco enfermos. Era arquitecto, unos treinta años, pelo ralo y algo grasiento, la barba recortada debía llevar tiempo sin cuidar. De entrada, me pareció tranquilo. Pero al oírlo hablar, más que tranquilidad sonaba a lasitud, a desgana. La mirada vagaba sin fijeza. La...

Tu puntuación:

43

337

Su última noche 

Oriol Rodriguez

10/06/2019

El teléfono del demonio no deja de sonar. -¿Tiempo de espera al local? Me aparto del mármol y observo el pilón de tickets acumulados al final del renglón. – Treinta y cinco minutos. Demasiados, que desastre. Nos faltan manos, nos falta gente. Detrás de mí, cuatro pedidos esperan en las fundas a qué algún repartidor...

Tu puntuación:

82

138