La ilusión del día a día.

La ilusión del día a día.

Desde que empecé a trabajar en el área de hospitalización con ilusión y ganas por ayudar a los demás, para mi es un trabajo de relación de ayuda y de contribución para nuestra sociedad. Estoy dedicada a todo tipo de personas pero especialmente aquellas personas mayores frágiles y vulnerables que necesitan comprensión y cariño. Pero a la vez, sigo formándome para desarrollar de forma satisfactoria todas las necesidades que demanda el paciente: atención física y psicológica. Un trabajo que requiere de una gran dosis de paciencia dirigido al gran volumen de personas que pasan por mis manos. Para mi todos son importantes, conocerles y ofrecerles unos cuidados de calidad. A esto me refiero a continuación, cada día que cojo mi trabajo, pienso en la calidad asistencial que deben recibir las personas que acuden a un hospital, pensando desde el enfermo/a más vulnerable hasta el paciente que se queja muy poco. Por decir, estoy dedicada en cuerpo y alma, expresándome en el buen sentido de la palabra, desde la atención física hasta la atención emocional. Mi día a día queda en mi cabeza para cuándo tome la pluma ó el bolígrafo plasme mis experiencias profesionales para ayudar a otras personas.

Tengo días en mi planta de hospitalización, muy saturados, con una gran demanda asistencial y con una temperatura media de 30 grados, pese a todo esto mis fuerzas no disminuyen. Todo esto se debe al interés y la vocación. También se dan situaciones de estrés, pero paso inadvertida de este elemento que nunca debe estar presente, respiro profundamente y sigo cómo siempre mi trabajo.

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