Peripecias de oficina
Germán estaba en su asiento, dudoso; había impreso una factura y no sabía si levantarse a por ella o si pasaría pronto por allí algún compañero que pudiera traérsela; Pedro se había ido a hacer algunas gestiones a la aduana y Juan Luis, alias “el seductor”, estaba tomando café con las féminas que frecuentemente revoloteaban...