Las dos miradas
No me llamó ni Martincito, ni Tincho, sino Martín. Y esto que parece no decir demasiado, es la señal que me avisa de alguna cagada que salió a la luz y debo preparar una buena explicación. Para colmo, ahora no recuerdo una macana reciente; y la última vez que me llamó así, fue hace unos...