Se mira pero no se toca
La casa donde vivo asoma a una rotonda donde se yergue un grupo escultórico de corazones de colores que brotan de la tierra recortada con la forma de un muñeco. Ese muñeco simboliza a un inocente y cada flor representa a un extremeño asesinado por la banda terrorista ETA. Mientras el tráfico circula alrededor, el...