MI BARRIO
En un rincón, dos cuadras de largo de las calles de mi barrio, pude ver que aun las últimas hojas del otoño rodeaban mis pasos. No tienen la gracia extraordinaria de los ocres, hoy las veo oscuras, arrugadas, sin vida. El kiosco de diarios, abierto desde muy temprano, atendido por don Nicola, saluda a todos los que pasan, por...