Peligro mortal en la fría tormenta nocturna
Encerrado en mi recámara, con mis dos perritos y gatito, cómodamente recostado sobre mi cama pienso en la llamada telefónica que recién me hizo un ex compañero del Club de escritura Fuentetaja en la cuál me invitaba a regresar a las andadas y a seguir publicando mis curiosas historias, según dijo, «tan propias de...