Quehaceres de la cuarentena
La tarde existe. Y existe todavía porque desde dentro, desde el otro lado de la ventana, la veo yo. Respira entrecortada, es cierto. Y se le huele la pesadumbre así mantenga cerradas las persianas. Pero persiste, existe la tarde más allá de la ventana. Vive menos. Se obstina en los signos habituales, no asimilando techos...