El Café
Era lunes, el día de la semana que más detesto, así como levantarme por la madrugada, como hice en ese momento y después de estar mucho rato en el baño aseándome y dando unos pestañazos, abrió la puerta mi querida madre con su bello saludo: -Niña, se acabó el café, hace falta que cuando salgas...