El paradero
Todas las mañanas siempre hay un bus que me deja. Cada vez que corro para alcanzarlo un par de perros petisos me ataca. Muy pequeños para hacer daño, pero suficientemente jodidos para estorbar. Estratégicamente ubicados en medio de una cancha de fulbito y el paradero de buses del sector seis en Enace. Su territorio. Hoy,...