El anciano del Jardín.
Era factible entrar en lo cotidiano de la vida, caminar esas calles del centro, mirar escaparates, enormes filas en los bancos un día de pago, el tráfico en hora pico frente al Jardín Hidalgo. Era tan fácil, salir de aquella mensajería solitaria donde ya tenía alojados cinco demonios y tres libros. Caminar por esa calle,...