Un piquetito más
«No es un buen día para morir», pensó mientras intentaba infructuosamente abrir los ojos. Nunca era un buen día para morir, menos si se acercaba el año nuevo y estaba tan lejos de ¿su casa? Sentía el cuerpo rígido, los oídos aturdidos por el zumbar incesante de los colectivos que transitaban por la avenida Federico...