En la parada anterior
Pedro entreabrió la puerta que daba a la calle alrededor de las seis de la mañana, como lo hacía siempre, y asomó la mitad del torso al exterior. Amanecía en Paraná el segundo lunes de noviembre, una tenue luz re-coloreaba las casitas sobre Francisco Soler y Vucetich. El aguachento cielo, sumado a una inquieta brisa,...