la ciudad de las avispas

la ciudad de las avispas

Spencer B.

24/01/2018


Chilpancingo capital del desolado estado de Guerrero haa¡¡ como olvidar a mi ciudad natal en la que he pasado veintidós años de mi vida, como olvidar sus aromas únicos e inigualables el olor a tierra mojada en tiempos de lluvia o el cálido frió en temporada invernal, varias calles y avenidas guardan sus propios ecos, sus propias historias que han quedado intactas en esos postes de luz alumbrando la media noche y en esas banquetas desgastadas por los años,pero si tuviese que escoger una, una calle en especial que guarde toda la esencia de la ciudad de las avispas y de los guerreros incansables seria el centro de la capital, en ese lugar el astro rey de la mañana se alza al alba he ilumina ese kiosko que pareciera estar detenido en el tiempo de forma eterna y que se encuentra justo en el centro de la plaza cívica.

Si uno camina lentamente por la avenida Altamirano se puede ver a esas almas viejas vestidas con chalecos verdes otorgados por el ayuntamiento bailar un lento danzòn con sus escobas de paja para mantener limpias las añejas calles, a uno que otro cansado por la edad se le ve sentado tomando una pequeña siesta para recobrar energías y al verlos se puede sentir una cierta nostalgia y aprecio a esos ancianos desconocidos que retozan en las bancas publicas, unos pasos mas allá se aprecian esas luces psicodelicas alumbrando la madrugada puestas cuidadosamente en cada esquina en forma de faroles tenues que arrullan la vista hasta del mas despierto.

El individuo puede ir adormilado con los ojos rojos y los dientes tiritando por el fresco frió del alba pero si es atento podrá escuchar los cánticos celestiales de unos cuantos creyentes madrugadores dentro de la iglesia de la santa asunción rezándole fervientemente a sus figuras santificadas, el viento se combina con el olor a café de olla de esas personas con malas noches pero dispuestas trabajar en el día que empieza.

Por las tardes la plaza cívica se llena de esas risas infantiles que corretean cual zánganos en su panal llevando en sus pequeñas manos globos, pelotas de plástico y carritos a control remoto y que acompañados por sus padres adornan el lugar de un ambiente familiar que regocija al pasar por allí. En el final de la plaza se sientan dos ancianas a alimentar a las palomas que llegan por parvadas al delicioso festín dominical y si tienes la suficiente imaginación puedes ver como las ancianas mantienen largas platicas con las hambrientas aves.

El kiosko por su parte se deja acariciar por las voces de miles de jóvenes y adultos que sacan gustosamente a pasear a sus familias o a sus novias al son de la filarmonica que toca sus piezas maestras cada domingo al caer el sol, ese mismo humor es sazonado por esos hombres con las caras maquilladas y vestidos de formas ridículas que por unos cuantos pesos regalan alegrías a todo pasante que se detiene a verlos, el hombre que vende periódico saca su mejor falsete para anunciarnos las noticias del día a día y con una mirada ciega y triste se lamenta tanta sangre perdida en las ultimas semanas.

Por las noches los comerciantes nocturnos atacan con su vendimia barata: -Le venimos ofreciendo sus ricos atoles, atoles calientitos¡¡, mientras que el hombre del pan deambula por las calles como alma en pena pregonando sus delicias azucaradas a bordo de su vieja bicicleta desgastada por tantas andanzas , la voz ronca aun le da fuerza para seguir entonando sus eufóricos gritos y de vez en cuando se detiene a saludara un viejo conocido.

Los estudiantes y trabajadores regresan a sus casas agotados por la larga jornada laboral esperando con ansias el transporte publico y los ecos se van extinguiendo para dar paso a la silenciosa noche estrellada, las campanas retumbantes de la iglesia anuncian el final del día y las calles empiezan a carecer de almas quedando desérticas esperando un nuevo amanecer.

Los faros iluminan la silenciosa noche, las calles agrietadas del centro están vacías, la iglesia con su rustico diseño colonial se alza imponente en la oscuridad total, y todo el centro de la ciudad de las avispas revive esos recuerdos de pasadas glorias de esa pequeña ciudad de Guerrero llamada Chilpancingo.

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