Un dia lo vi… vi mi reflejo en sus ojos, unos ojos envueltos en la soledad de una triste puesta de sol, pero brillaban, brillaban tanto que la oscuridad cada vez iba tomando sentido y yo estaba ahi, hipnotizada viendo en sus ojos los mas hermosos viajes del inicio sin fin y de un momento a otro, me encontraba en el punto central de una telaraña sin querer escapar.

Pero… ¿cómo le explicaba al desvelo de mi corazón que volver a mirarlo sería inalcanzable? Por un largo tiempo me mantuve vagando en la inmensidad de la noche, buscando solucionar el problema de la pieza perdida. Viviendo bajo un espacio infinito iluminado por el roció de cada estrella que se hacía testigo del desesperante anhelo de volver a mirar sus ojos.

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