Solos en el tiempo
Llegamos una tarde gris y lluviosa de enero. El lugar estaba desierto y en el mudo silencio de la tarde, solo se escuchaba el incesante gotear de la garúa. John,el conserje, nos recibió con paso cansino, más bien abúlico. Se movía como impulsado por la inercia. Tomó nuestro equipaje ynos condujo a las habitaciones por...