Se me olvido que te olvidé
Sonó el despertador, puntual como cada día. Llevaba tiempo despierta aunque permanecía inmóvil en su lado de la cama, cautelosa de pasar desapercibida. Hoy, jueves, las llaves fueron la chispa del mar de pólvora en el que vivían inmersos. Levanto la manta que cobijaba su presencia dejándola a merced de su primer golpe. Gritaba a...