El Sacamantecas y La Rompepeines
Nos gustaba quedarnos sentadas en el escalón del portal y comer pipas, sin más. Esparcíamos las muñecas y los cacharritos por la acera de la calle Jaime Tercero o jugábamos a la raya o a la comba debajo del emparrado que se escapaba por la verja del patio del Señor Ángel; allí daba la sombra...