De ángeles, pulgas y calles.
I El perro que se retuerce a mitad de la calle gime desde su esófago el martirio de lo que fue la existencia. Sangra por el hocico y en sus ojos veo cómo el brillo de sus tiempos venturosos se deslinda de la escena del crimen. Yo lo miro desde la acera y me detengo...