Me senté y reflexioné,

con cuchillo en mano comenté,

una locura como la de ayer, no la vuelvo a cometer.

Tan anticuada porcelana, que me atrapa y roba mi alma,

tal vez robarte, no fue lo mejor, que experimente,

jugoso deleite, que me aterra y me ata.

Me mantuve como prisionero

mis deseos contuve como guerrero.

Si es que aún me escuchas,

queda claro que este secreto, del cual no me arrepiento,

entre los dos se quedará,

que me perdone Dios, pero así siempre estará

sé que me juzgarán, y como criminal me verán,

pero quien no se haya dejado llevar,

que me diga el secreto para no pecar.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS