Soborno explícito. Carta al jurado

Soborno explícito. Carta al jurado

Tranquila, has esperado tanto para este concurso, ya estamos a mediados de septiembre. Irás con traje blanco impoluto, ese que tiene algunas pocas líneas negras, no tendrás más que eso. Y te digo que es suficiente.

Esas personas solo van a mirarte allí, bien presentada por favor. No las conoces, quizá por nombre pero no te dice nada.

Entre las cuatro y las dieciséis, te van a pasar a buscarán. Mide y justifica cada uno de los espacios. No dejes ver nada entrelineas. No le des a pensar. Háblales claro, en un idioma que entiendan, no abuses de la sinestesia ni cometas pleonasmos y lo más importante, pausas que los conmuevan, no más de doscientas.

Ahora lo primero, vos primera. Te elijen. Luego noviembre, los aplausos, los viajes, fotos y al final tu nombre al descubierto.

Ven para aquí que te has manchado, no te muevas. Ni los mires, ni les dirijas la palabra, si te dicen algo solo escucha sin cara alguna, aunque casi nunca te dicen nada, eso te permite ver lo que piensan. Sus críticas son tus sonrisas, si te rechazan tendrás tiempo de reírte de su ignorancia. Son un puñado que creen saber aliteración, polisíndeton, hipérbaton y prosopopeya. Con la pólvora se acabaron los guapos, diría mi madre.

Si lo sé, son demasiadas exigencias para un concurso, y tienes la cabeza en otro cosa, una infidelidad le pasa a cualquiera.

Sabes, mejor quedate callada, en absoluto silencio.

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