Quince minutos
Un perro olisquea la esquina del apeadero. Es el chucho de Julián, un trotamundos rebelde que no parece tener dueño. Le acaricio la cabeza cuando viene a mí. Tiene el pelo áspero y sucio, pero me agrada su calor y su agradecimiento. La sala de espera está vacía a estas horas de la madrugada. Todo...