TRABAJAR PARA VIVIR
Séneca fue el encargado de recibirme. A primera vista parecía indio, pero su estilo occidental y su lenguaje corporal desconcertaban. Nos sentamos en una mesa y me dio un papel con mis tareas como personal del restaurante que empezaría a partir de mañana. Se encendió un cigarro y antes de que se acabara se encendió...