Mi primo y yo
La fortuna, si alguna vez te acompaña, se queda poco tiempo cuando eres pobre. Un golpe de mala suerte restablece el estado natural sin darte tiempo a disfrutar de tan inesperada visita. Es algo que aprendí el verano en que cumplí los diez años, haciéndome mayor a base de probar todo aquello que los mayores...