Confesión
Era domingo, acabábamos de comer y le digo a mi amigo: – Me apetece un Oporto. Me recuerda a los domingos en casa de mi abuela.– ¡Ay, mi abuela y sus paellas!-contesta mi amigo algo melancólico. Hubo un silencio– Marta, voy a confesarte algo ahora que nunca he contado a nadie en Madrid.– ¿De verdad?...