El príncipe y el pastor.
Una concha y una piedra marina, no necesitábamos más para pasar los días de estudio, como aquél en el que Teofrasto y yo observábamos con detenimiento ambas figuras. -Definitivamente esto es una prueba. Mira estas líneas de aquí – me dijo señalando las estrías que recorrían la roca-. ¡Y ahora mira la concha, son casi...