Distinto frío. El mismo frío.
Fría. Así le encontré. Como una preciosa bola de nieve, hecha con cariño, pero fría. Entre sus manos nuestra foto, tan antigua como ella, como el tiempo pasado. En cada hebra de su pelo blanco se reflejaba la luna, delicada envoltura. Su gesto era a la vez dulce y severo, como solía ser. Ella decía...