Toto
Toda voz necesita un cuerpo donde anclarse menos la de mi tío Toto; para mí él solo era un “dame con tu viejo” del otro lado de la línea telefónica. Así nomás: sin rostro ni gestos y, sobre todo, sin piernas. Pero eso fue después; antes, ni siquiera voz tenía. Desde que tengo memoria, mi...