El niño de las Manitas frías.
No recuerdo muy bien el horario, pero sí, que era pasada la media noche del martes doce de noviembre, cuando recibí el llamado del teniente de la unidad de inteligencia de la policía provincial. -“¡jefe, señor, espero no molestarlo a estas horas, pero, lo necesitamos ya mismo en calle Ayacucho a la altura 1.120!” -¿Usted...