Plaza de Arizala (Navarra)

A medida que los años nos van envolviendo, recuerdos del pasado se nos antojan como los más felices de nuestra existencia. ¿Porqué inquietudes que no habías tenido durante la juventud y madurez, se te presentan ahora y se repiten fóbicamente en tu mente?.

De repente, empiezas a plantearte el porqué de tu existencia y la idea de dónde vienes y quienes fueron tus antepasados. Estas preguntas se clavan profundamente en el cerebro, hasta que un día decides conocer el lugar del que provienes.

No es del todo fácil conseguirlo, pues al final te das cuenta que parte de tus genes han sufrido mutaciones y nuestros ancestros pueden provenir de diferentes rincones.

Pero había tomado una determinación y, pasara lo que pasara, quería conocer mi ascendencia.

Bisabuelos:

María Bautista Zapirain y Chinchurreta

Roque Azkune Tellería

Los paisajes impregnan la memoria, sin embargo, nos costaría describirlos con precisión. Es a través de fotografías, pero la imagen mental no se parece en nada al recuerdo que teníamos. Cuando niños la imagen de los lugares era más grande y los colores más vivos.

Por ello, aproveché el mes de agosto, con sus días largos y soleados y en los que la luz del sol tarda en agotarse, para viajar a algunos de los lugares de los que disponía una exigua documentación y donde desde lo alto y con mi carpetilla debajo del brazo, pude contemplar los campos de girasoles resplandecientes por efecto de las incrustaciones de los rayos del sol.

Junto a estos campos, divisaba el Pantano de Alloz con sus aguas de un azul turquesa y surcando las mismas los veleritos flotando entre su mar cristalino, completando lo maravilloso del paisaje.

Debido al tiempo transcurrido, no conseguí ver el viejo hogar de mis antepasados. No pude ser apretada por los largos y firmes brazos de mis bisabuelos y tatarabuelos, ni oler el sabor del viejo hogar, aquel que te une a tu sangre.

Si mis antepasados hubieran sido personas ilustres, o bien, generales en las guerras carlistas, podría haber contemplado en la plaza del pueblo su escudo, pero seguramente su oficio fuera el de agricultores, no quedando como anécdota más que el sudor incrustado en sus bellas tierras de arado. Se me antoja que el interior de sus almas fuese muy bello, siendo este pensamiento para mí lo más hermoso.

Sin embargo, como si se tratase de una periodista, pude hablar con alguno de sus escasos habitantes, ellos me contaron parte de sus vidas. Lo más atractivo es que con la compañía de un perro paseaban los altos y bajos de Arizala, deleitándose cada día con la contemplación de sus hermosos campos de cebada, maíz, adornados por la infinidad de girasoles.

Solamente he hecho el comienzo de mi inspección. Como es natural , por lo menos en mi caso, empezando por los ascendientes de mi ama, son los personajes que están más próximos al alma de cada uno. Pues es de tu ama de quien has recibido más información.

En agosto de éste 2020 quiero hacer la ruta guipuzcoana por tierras de Zaldivia y Mutiloa, tierras muy pequeñas de la geografía guipuzcoana, y de donde provienen mis apellidos, ARRUABARRENA y BIDAOLA. Para el año siguiente, si Dios me da vida, cerraré el cupo con la provincia de FERMOSELLE (Zamora), de donde proviene mi apellido BARTOLOMÉ.

Ya que no pude ser estrechada por mis ancestros, quise bailar y lo hice con una jota, pisando con fuerza, aquella tierra que muchos muchos años atrás la pisaran mis antepasados, perdiéndose para darse su amor por aquellas tierras y callejuelas viejas, suponían para mí el origen de mi especie.

Así que los dos sueños acaparados en mi cerebro, durante ya mi avanzada vida, se vieron cumplidos. Uno, conocer la tierra y a la vuelta, el sueño de haberla conocido. Si Calderón decía que la vida es sueño, porque no seguir soñando, aunque no lo entendamos.

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